La última jornada de desfiles en la Semana de la Moda de París sirvió para comprobar que la elegancia de Jean-Paul Gaultier, Loewe y Vivienne Westwood sigue en plena vigencia. Esta última se permitió espectaculares referencias a las faldas escocesas en sus estilismos, que combinó con chaquetas muy amplias y complementos a juego.
Vestidos negros de tul y satén, transparentes por todas partes salvo en algunas zonas del cuerpo más o menos estratégicas, dieron ayer a las pasarelas de París un tono marcadamente sexi gracias a la visión prêt-à-porter para la próxima temporada invernal de Viktor & Rolf.
Los modistos holandeses concedieron igualmente gran importancia a botas altas de charol, abrigos de pieles y fluidos monos de satén.
De la noche anterior hay que rescatar la gran fiesta de aniversario con la que el modisto israelí Alber Elbaz celebró diez años de vida artística en Lanvin, tras un desfile muy aplaudido. La inspiración de Elbaz permitió ver un cúmulo de dorados y abundantes negros con drapeados.