El vigués Arturo González y el director coruñés Ramón Torrado estuvieron detrás de los primeros pasos como actor de Escobar, que explotó su faceta musical en el birrioso cine español de la época
27 oct 2013 . Actualizado a las 21:37 h.Aunque todavía era un debutante, sus treinta años de edad apartaban a Manolo Escobar del modelo entonces imperante en el cine español de la copla, que optaba por cantantes infantiles, con Joselito convertido en la máxima estrella desde que en 1956 protagonizara El pequeño ruiseñor. Fue un vigués, Arturo González, hermanísimo de otro productor ilustre, Cesáreo González, el de Suevia Films, quien coprodujo su debut en 1962, Los guerrilleros (Pedro L. Ramírez), en el que también se iniciaba otra futura coplera lustrosa, Rocío Jurado. Aquel drama histórico patriotero, se ambientaba en 1808, entre resistentes al invasor napoleónico, a lo Curro Jiménez. Desde entonces, Manuel García Escobar, popularmente Manolo Escobar, asomaría a las pantallas en case una veintena de filmes, los más exitosos bajo la enseña Regia Films, propiedad del mencionado Arturo, un productor al que el cine importaba en la medida de que alegrara el día a los exhibidores, y dejara satisfecho al gran público, el mismo al que para nada interesaba lo que entonces se consolidaba como el Nuevo Cine Español de los Saura, Berlanga, Bardem, Patino, Camus, Picazo, Summers y demás. De la mano de González, sería un veterano director coruñés, Ramón Torrado, autor de uno de los grandes éxitos del cine de la posguerra, Botón de ancla (1947), quien dirigiría a Escobar en tres comedias, entre 1965 y 1966, que superaron en conjunto la ahora insólita cifra de más de once millones de espectadores en la España del desarrollismo, cuando el cine apuraba su copa como espectáculo de masas. Las galas, sus discos y Televisión Española, ya había acrecentado la fama de Manolo Escobar, de ahí que sus personajes para Torrado preservaran el nombre de Manolo en la ficción. La primera y más exitosa fue Mi canción es para ti (1965), con algo de autobiográfico al encarnar a un joven que junto a su amigo camarero, se van a Madrid a probar suerte. En el reparto aparece otro coruñés muy frecuente en el cine del franquismo, Tomás Ares Pena, mejor conocido como Xan das Bolas, un fijo en las producciones Regia Films. Un beso en el puerto (1965), muestra a Escobar como empleado de una gasolinera al que despiden por su excesiva afición a la copla en lugar de llenar el depósito a los coches. Sacerdote cantante Finalmente, Torrado le dirigió en El padre Manolo, que no va de cine milagrero y de estampita, sino todo lo contrario: un sacerdote cantante y aficionado a la magia, metido a investigador de un asesinato? La trayectoria posterior de Escobar se mantendría vinculada durante varios años a Regia Films, ahora con directores como José Luis Sáenz de Heredia, Mariano Ozores, Luis Lucía y Tullio Demicheli, y algunos más. Y en varios de esos repartos figurando como secundarios otros actores gallegos, como fueron el coruñés Antonio Casas y el ribadaviense Erasmo Pascual, marido de la popular Rafaela Aparicio, también imprescindible en aquel birrioso cine de los sesenta con un único mérito incuestionable: llenaba las salas gracias a estrellas como Manolo Escobar? Por