Las otras denominaciones de origen gallegas -Ribeira Sacra, O Ribeiro, Monterrei y Valdeorras- también exportan parte de su producción, pero en ningún caso el peso del mercado exterior es parecido al de Rías Baixas.
Si en la costa pontevedresa se habla de un 30 % de exportación de los caldos, en Monterrei, en Ourense, apenas se llega al 20 %, y eso de forma estimada, porque los datos oficiales apenas superan el 12 %. El motivo de esta diferencia de cifras es doble: no hay ninguna obligación de informar de las ventas en el exterior y como se trata de bodegas pequeñas, los productores no tienen un control sobre qué parte de su producción sale fuera. Sí es cierto que en Monterrei se exporta más vino que, por ejemplo, en Valdeorras, donde las cifras rondan del 7 al 10 % del total de botellas. En esas cifras también se mueve O Ribeiro, que tiene en el mercado nacional su punto fuerte.
Mención aparte merece el caso de la Ribeira Sacra. En esta denominación de origen, formada por viticultores aficionados, es decir, personas que combinan su atención a la viña familiar con otra profesión, hay muy pocos datos. Según estos, los que baraja la Xunta, solo el 1,4 % de las botellas producidas salen al extranjero. Los cosecheros creen que las cifras reales son algo mayores, del tipo de Valdeorras, con un 7-10 % de exportaciones, pero eso es algo que no se sabe con seguridad.
Los mercados a los que va destinada la poca producción de las denominaciones del interior que sale del país son fundamentalmente europeos, además de Estados Unidos. Alemania, Holanda y Bélgica son lugares donde cada vez es menos difícil encontrar caldos de Lugo y Ourense.