La Justicia declara muerto a lord Lucan, desaparecido en 1974 tras un asesinato

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SOCIEDAD

JUSTIN TALLIS | Afp

El conde desapareció después de que la niñera de sus tres hijos fuera asesinada en la vivienda familiar, un suceso en el que también resultó herida su esposa, quien acusó de la agresión a su marido

04 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Tribunal Superior de Londres dio ayer por muerto oficialmente al lord inglés Richard John Bingham, séptimo conde de Lucan, más de cuarenta años después de su desaparición tras un asesinato, lo que permite a su hijo heredar el título.

Lord Lucan desapareció después de que la niñera de sus tres hijos, Sandra Rivett, fuera asesinada en la vivienda familiar en Londres el 7 de noviembre de 1974, en un suceso en el que también resultó herida su esposa, que dio la voz de alarma. Lady Veronica Luncan acusó de la agresión a su marido, del que estaba separada, y su coche fue descubierto después con restos de sangre en la localidad inglesa de Newhaven.

Un año más tarde, la investigación forense sobre la muerte de Rivett declaró la presunta culpabilidad del lord, conocido jugador profesional y supuestamente obsesionado con obtener la custodia de sus hijos.

La declaración formal de su muerte ayer pone fin a una de las sagas que más titulares ha ocupado en el Reino Unido, pues, desde la desaparición del presunto asesino, se ha conjeturado con su paradero y se han denunciado avistamientos en países como Australia, Nueva Zelanda o la India.

Tras escuchar los argumentos del heredero, George Bingham, la jueza del Tribunal Superior Sarah Asplin decidió emitir un certificado de defunción para lord Lucan, que, de estar vivo, tendría 81 años.

La magistrada consideró que a lord Lucan se le puede dar por muerto una declaración de defunción emitida en 1999 no había demostrado la muerte «a todos los efectos», lo que le impedía convertirse en el octavo conde de Lucan. George Bingham arguyó que la nueva Ley de presunción de muerte, del 2014, permitía «un proceso más completo», lo que finalmente ha dado sus frutos ante la Justicia británica.

Tras conocer el dictamen, George Bingham mostró su satisfacción al declarar: «Estoy muy contento. Llevaba mucho tiempo esperándolo». El hijo de la niñera asesinada, Neil Berriman, de 49 años, dijo que también pensaba que lord «está muerto».