El conservadurismo del país se ha resquebrajado con los cambios sociales de los últimos años
28 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El mayoritario sí al aborto en el referendo de la República de Irlanda se considera como una desautorización a la Iglesia católica, cuya influencia en la sociedad ha disminuido en los últimos años, debilitada por los cambios económicos y sociales, así como por los casos de pedofilia o de malos tratos en los albergues religiosos.
«Cuando yo era joven no podías comprar preservativos, ser homosexual, divorciarte ni ver La vida de Brian, una película de los Monty Python», tuiteó Jason O’Mahony, un periodista de la edición irlandesa del Times. «Ahora somos uno de los países más liberales del mundo. Increíble», destacó. El Irish Times irlandés resume el cambio con estas palabras: «La ilusión de una Irlanda conservadora y dogmáticamente católica ha saltado por los aires». Desde el Reino Unido, The Observer cree que los resultados de la consulta muestran «una ruptura con uno de los últimos vestigios de la influencia de la Iglesia sobre el Estado», una opinión generalizada en el resto de los medios y analistas.
El resultado del referendo también puede servir de ejemplo para la vecina Irlanda del Norte, donde crece la presión para reformar la legislación al respecto y donde, al contrario que en el resto del Reino Unido, solo se permite el aborto cuando está en peligro la vida de la madre. De hecho, entre la multitud que acudió el sábado a celebrar la victoria del sí en el castillo de Dublín había numerosos norirlandeses, incluidas las jefas del partido republicano Sinn Féin en Irlanda, Mary Lou McDonald, y en Irlanda del Norte, Michelle O’Neill, que llevaban una pancarta con el mensaje «El Norte es el siguiente». «Pensamos que será un trampolín para el movimiento en Irlanda del Norte», opinó Claire, una vecina de Belfast de 27 años. Varios de los ministros y diputados de la primera ministra británica, Theresa May, también han pedido a la mandataria que comience a pensar en una reforma.
Entretanto, la Iglesia católica de Irlanda aún no había digerido ayer el mal trago. El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, expresó su desconcierto por el resultado de la consulta, tras precisar que la jerarquía eclesiástica «no puede hacer concesiones en su oposición al aborto».