Detectan una pieza clave para entender el mecanismo de la percepción

Andrea Presedo
andrea presedo REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El modelo matemático de los investigadores supone el primer avance en la ley desde hace 200 años

14 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Sobre la mesa hay dos montones de galletas. En uno hay cien y en el otro, cinco. Si quieres robar una y pasar desapercibido, ¿por qué montón te decantarías? «Evidentemente por el que tiene más galletas. Se notaría menos que has quitado una», explica José Luis Pardo, doctor en Psicología e investigador. Este tipo de toma de decisiones es precisamente el campo de estudio de la Ley de Weber, una regla de la psicofísica que relaciona las características físicas de los estímulos con la percepción de cada uno y la toma de decisiones. Hasta ahora la ley, establecida hace 200 años, «tan solo se fijaba en la toma de decisiones, pero no en cuánto tiempo tardabas en elegir una opción u otra», señala Pardo, que, junto a un equipo multidisciplinar de expertos acaba de publicar una investigación en la que ofrecen una nueva pieza a este particular puzzle matemático. «Es la primera vez que se tiene en cuenta este parámetro, que permite limitar las posibles explicaciones a la Ley de Weber», explica.

José Pardo, que pertenece al grupo de investigación Neurocom de la Universidade de A Coruña, trabajó en el Champalimaud Centre for the Unknown de Lisboa en esta pionera aproximación a la ley. Desde allí, probaron su modelo matemático, del que se ocupó su compañero Juan Castiñeiras, en ratas. «Utilizábamos los sonidos. Si notaban más intensidad por el lado izquierdo, sabían que procedía de ese lado», comenta. Esta sería la aplicación básica de la norma, pero el grupo fue más allá. «Si les pones un estímulo que viene claramente del lado izquierdo, pero a una intensidad muy baja, tardan más en decidir de dónde procede», afirma Pardo. Sus descubrimientos en el campo de los tiempos de reacción son verdaderamente valiosos para comprender el funcionamiento de la percepción. «Existe una relación matemática, por lo que sabiendo el tiempo de reacción con un estímulo leve podemos saber cuánto tardarían con uno de mayor intensidad», explica.

Aunque por el momento estas aproximaciones solo han sido probadas en laboratorio, esperan seguir trabajando en este modelo, ya que podría servir para «entender cómo funciona el cerebro». Como con todo, «si sabes cómo funciona una cosa, si luego se estropea eres capaz de arreglarla», señala en relación al sistema de percepciones sensoriales. De esta manera, y ya desde A Coruña, Pardo investiga ahora, a través de un sistema de estimulación magnética, qué áreas del cerebro están implicadas en la toma de decisiones y en la memoria de trabajo, que es lo que permite «el habla, leer o simplemente mantener información en el cerebro mientras la utilizamos», concluye.