«El aborto podría haber salvado la vida de mi hija, pero los médicos dijeron que eran objetores»
SOCIEDAD
La italiana Valentina Miluzzo, de 32 años, murió en un hospital de Sicilia por una sepsis después de perder a uno de los gemelos de los que estaba embarazada
04 nov 2019 . Actualizado a las 15:34 h.Valentina Miluzzo tenía solo 32 años cuando murió en un hospital de Catania (Sicilia). Llevaba ingresada dos semanas por entrar en fase de parto prematuro a los cinco meses de embarazo de gemelos. Uno de ellos sufrió una muerte perinatal, lo que le produjo a la joven una fuerte septicemia. Su pareja y familia solicitaron a los médicos que le provocaran el segundo aborto, pero la respuesta que recibieron por parte de los profesionales del centro es que eran «objetores», por lo que rechazaron tratarla.
«El aborto podría haberle salvado la vida a mi hija», aseveraron los padres en el juicio contra siete médicos celebrado esta semana, según recoge el diario italiano Corriere Della Sera. Hace ya tres años de ese fatídico 16 de octubre, pero el dolor continúa presente.
Según informó la ministra de sanidad de Italia, Beatrice Lorenzin, los médicos pueden ser objetores de aborto, pero no se les permite suspender tratamientos si la vida del paciente corre peligro. Precisamente lo que le ocurría a Valentina. «Mi mujer llevaba gritando de dolor durante doce horas», contó a The Guardian su pareja, Francesco Castro.
Los padres de Valentina no dejan de repetirse que de haber sabido antes que los médicos de ese centro eran objetores del aborto, habrían cambiado de hospital a su hija. «Hoy estaría viva. Hasta un cardenal dijo que en ese caso era necesario cuidar a la madre y no a los pequeños», contó la madre en la sala del tribunal mientras sujetaba bien fuerte una imagen de su hija, como si todavía pudiera abrazarla. El testimonio de los padres es desgarrador. «Somos víctimas de la ignorancia y el abandono», añade. Y es que ese 16 de octubre jamás se borrará de sus mentes. «Todavía recuerdo su invocación sincera. 'Madre, me estoy muriendo'. Y las palabras del médico de guardia: Mientras escuche los latidos del otro bebé no puedo hacer nada porque soy un objetor'», contó a la jueza María Elena Calamita.
El razonamiento recibido por parte de los profesionales de ese centro médico no convence al cuerpo de médicos de Italia. Así el médico y profesor Paolo Scollo, que durante mucho tiempo fue presidente de la Sociedad Italiana de Ginecología y Obstetricia, explica que «el hecho de que seamos objetores no significa nada. Tenemos un colega externo a quien llamar para interrumpir el embarazo. Y no hay lista de espera: cero días. Pudiéndose documentar todo». Sin embargo, apunta que «lamentablemente, Valentina falleció debido a una sepsis que la consumió en doce horas y que no pudimos bloquear».
Informes cambiados
Los tiempos en este caso cobran verdadera importancia. «Han ocultado los resultados de un examen, llamado hisopo, realizado dos días antes de su muerte», reveló el padre de Valentina en el juicio. Dos días, 48 horas. «En esa prueba se identifica que había una infección que había que tratar», añade. Las cuentas no salen: Valentina habría estado expuesta a la septicemia 36 horas más de lo que dicen los médicos. «El informe desapareció cuando murió mi hija. Lo volví a encontrar porque una buena alma se lo envió de forma anónima a mi abogado», explica. Mientras tanto, el centro médico se había encargado de elaborar un informe diferente: «Era de las 14 horas del 15 de octubre -apenas 24 horas antes de la muerte de Valentina-, con resultados perfectos que no mostraban que hubiera sepsis. En ese momento estábamos con nuestra hija, y nadie le hizo esa prueba. Es todo una mentira», asevera el padre.
El caso continúa abierto, a espera de que la jueza dicte sentencia. Por el momento, la muerte de Valentina cuenta con el apoyo de la opinión pública en diferentes países donde su historia tampoco ha pasado desapercibida.
Morir por objeción en Italia
Siete de cada diez ginecólogos en Italia se declaran objetores del aborto, según los últimos datos proporcionados por el gobierno italiano. Del país, Sicilia es la región donde se concrentra el mayor número de objetores, alcanzándose un porcentaje del 87,6 %, un dato que ha aumentado un 20 % desde el pasado 2005.