La activista sueca de 16 años ha pronunciado este miércoles su discurso más esperado en la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid
13 dic 2019 . Actualizado a las 12:12 h.«Por dar la voz de alarma sobre la relación depredadora de la humanidad con el único hogar que tenemos... por mostrarnos a todos cómo puede ser el liderazgo de una nueva generación, Greta Thunberg es la Persona del Año 2019 de Time», así anunciaba el editor jefe de la prestigiosa revista su elección.
«Thunberg no es líder de ningún partido político o grupo de defensa. Ella no es la primera en hacer sonar la alarma sobre la crisis climática ni la más calificada para solucionarlo. Ella no es científica ni política. No tiene acceso a las palancas de influencia tradicionales: no es multimillonaria ni princesa, ni una estrella del pop ni siquiera una adulta. Es una adolescente ordinaria que, al reunir el coraje para decir la verdad al poder, se convirtió en el icono de una generación. Al aclarar un peligro abstracto con indignación penetrante, Thunberg se convirtió en la voz más convincente sobre el tema más importante que enfrenta el planeta», escribe la revista Time en el reportaje que dedica a la joven activista sueca.
Precisamente hoy, ha tenido lugar el discurso más esperado de Greta Thunberg. Lo ha pronunciado esta mañana en la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid y lo ha hecho con un tono muy distinto al que ha utilizado en otras ocasiones.
«Ahora sé que la gente cuando da un discurso tiene que empezar con algo emotivo, con palabras como ¿cómo se atreven?» - las que ella misma usó en la cumbre de Nueva York-.«Pero hoy no voy a hacerlo porque la gente se queda solo con este mensaje», comenzó diciendo la joven de 16 años en una alocución más calmada, pero también más crítica.
«Lo que se debe hacer en la COP es encontrar soluciones holísticas pero, por el contrario, parece que se ha convertido en una oportunidad para que los países negocien lagunas y eviten aumentar sus ambiciones», ha alertado Thunberg durante el Plenario de la COP25, recibiendo un largo aplauso del público.
En este sentido, ha indicado que el «verdadero peligro no es la inacción sino que los líderes y directivos pretendan que se están llevando a cabo acciones cuando en realidad no se está haciendo nada».
Los países ricos son «los primeros» que tienen que hacer «su parte» en la lucha contra la emergencia climática y «llegar los primeros a las emisiones cero», ha asegurado.
Para la joven ambientalista es ineludible que los países ricos asuman esa responsabilidad para que, posteriormente, puedan hacerlo los pobres, ya que en la cuestión del cambio climático «no existe una equidad» entre todas las naciones.
«No hay un sentimiento de emergencia entre nuestros líderes, porque si lo hubiera tendrían un cambio en su conducta», ha asegurado Thunberg, antes de preguntarse «¿cómo podemos hacer para presionar, especialmente a los líderes?».
La joven activista ha aseverado que en tan solo tres semanas comienza una nueva década que definirá nuestro futuro y ha subrayado que «hay esperanza, pero no viene de los gobiernos y de las empresas, viene de la sociedad y de las personas que comienzan a despertar».
La cumbre mira este miércoles de reojo a Bruselas, porque la nueva Comisión presidida por Ursula von der Leyen, que ha situado la lucha contra el cambio climático como una de sus prioridades, presenta allí el nuevo Pacto Verde Europeo que fijará la hoja de ruta de los próximos años en el seno de la UE.
