Quién es Naomi Seibt: el antídoto contra Greta Thunberg de la ultraderecha

La Voz

SOCIEDAD

The Heartland Institute

Alternativa por Alemania y una asociación vinculada al Gobierno de Donald Trump apoyan a esta joven negacionista de 19 años que rechaza las conclusiones científicas sobre el cambio climático

27 feb 2020 . Actualizado a las 00:10 h.

Se llama Naomi Seibt. Tiene solo 19 años. Es alemana y niega el cambio climático. La ultraderecha germana la ha lanzado como el antídoto contra la activista Greta Thunberg. Seibt cuenta con el apoyo del partido radical Alternativa por Alemania y diferentes medios de este país y estadounidenses la relacionan de forma directa con expertos y políticos vinculados al Gobierno liderado por Donald Trump.

Seibt se está haciendo muy popular entre los ultraconservadores. Estos están compartiendo sus vídeos en YouTube. Los títulos de sus arengas audiovisuales no dejan lugar a dudas: «Cambio climático: ¿solo aire caliente», «Feroz sin feminismo» y «Mensaje a los medios: ¿cómo te atreves?». Este último vídeo, en el que cargaba contra los grandes medios alemanes, es una clara alusión a Thunberg, que ha sermoneado a los líderes mundiales con dureza en sus diferentes intervenciones, llegando a emocionarse en el Parlamento Europeo

La joven alemana tiene el apoyo del grupo The Heartland Institut, una organización de expertos estadounidenses neoliberales que tiene su sede en Chicago que niega las investigaciones científicas sobre el cambio climático y está a favor de prácticas como el fracking. Esta asociación, sustentada económicamente por donantes anónimos, está muy unida al Gobierno americano y defiende prácticamente todos sus postulados en materia de medio ambiente. El diario The Washington Post ha publicado que entre sus miembros más antiguos figura William Happer, fue director principal en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante un corto período entre el 2018 y el 2019. Happer defiende que las emisiones son beneficiosas para el planeta. 

De hecho, celebró su propio debate sobre el clima el Trump International Hotel en Washington. The Heartland Institut ha contratado a Seibt para que sea su imagen, su cara en los medios de comunicación y en las redes sociales. Y la sitúa abiertamente como la adversaria de Greta Thunberg en un extraño duelo de adolescentes. De hecho, la organización ha publicado el vídeo «Naomi Seibt vs Greta Thunberg: ¿En quién confiamos?»

Seibt asegura que «en estos días la ciencia del cambio climático realmente no es ciencia en absoluto». Ella asegura que ciertas investigaciones alimentan el «alarmismo climático» y que son parte de una «ideología despreciablemente antihumana». 

Mientras Thunberg les gritó a los políticos: «¡Quiero que entréis en pánico!», la germana pide a los ciudadanos mantener la calma. «No quiero que entres en pánico, quiero que pienses», apunta. No cuestiona el incremento de emisiones, pero sí la incidencia de esta acción humana en el clima, afirmando que los científicos están exagerando y poniendo en tela de duda las evidencias aportadas por los investigadores. 

La joven alemana asegura que no es miembro de la formación xenófoba Alternativa por Alemania, pero sí admite que intervino en un acto de este partido y reconoce que comenzó su activismo discutiendo las políticas llevadas a cabo por el Ejecutivo alemán en materia de inmigración. Ataca con saña a Angela Merkel e incluso tiene un vídeo en el que explica lo malo que ha sido crecer bajo sus diferentes mandatos. El Gobierno de Berlín impulsa una política de reducción de emisiones muy criticada por los afines a la ultraderecha y que no concuerda en absoluto con la línea marcada por Donald Trump desde la Casa Blanca. Seibt está invitada a unas jornadas que reunirán a conservadores americanos en Estados Unidos.

La dura infancia de Thunberg, contada por su madre

Precisamente el rotativo británico The Guardian acaba de publicar reflexiones de Malena Ernman, la madre de Greta Thunberg, en las que cuenta cómo fue la infancia de la activista y su complicado proceso que le llevó a convertirse en una celebridad mundial. Ernman ha escrito el libro «Nuestra casa está en llamas: escenas de una familia y un planeta en crisis», al que ha accedido el citado periódico, y en la que esta mujer detalla que su hija «poco a poco fue desapareciendo en una especie de oscuridad». Relata que Greta lloraba en su habitación, durante las clases, en los recreos. Y apunta que a los 11 años sufrió un gran bache: «Dejó de tocar el piano, dejó de reír, dejó de hablar y dejó de comer». Anteriormente, el padre, Svante Thunberg, ya había hablado sobre el sufrimiento de su hija. Greta Thunberg también es una figura controvertida por el nivel de exposición a la que se ha sometido en plena adolescencia.