La ciudad sostiene a una provincia en sangría demográfica: 1.713 lucenses menos en un año
22 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La crisis del coronavirus ha cogido a la ciudad de Lugo en pleno proceso de expansión económico, social y demográfico. A día de ayer en la capital provincial había empadronados 99.638 personas —todo un récord en la historia de la urbe bimilenaria— y a solo 362 vecinos de llegar a la cifra mágica de cien mil habitantes que persigue desde el inicio de mandato el gobierno local de Lara Méndez.
La evolución de los últimos años ha sido de constante crecimiento, siendo Lugo un polo de atracción tanto de población del resto de municipios de la provincia como de extranjeros, que en un amplio porcentaje se habían marchado en la crisis financiera de la pasada década. Por ejemplo, a 1 de enero del 2019 el INE registraba una población de 98.276 habitantes y en menos de 16 meses Lugo ya alcanzó los 99.638. Con esta progresión demográfica el ayuntamiento podría terminar el 2020 en los 100.000 censados. Pero el coronavirus puede detener esta progresión.
¿Parón con la crisis?
¿Se irán los extranjeros de la ciudad y habrá regreso al rural lucense? Ya se sabe que superar los 100.000 habitantes supone un plus económico y político para la ciudad, que no vendría mal ante la crisis económica que se avecina por culpa del estado de alarma y sus consecuencias. Precisamente por esto, Lugo corre el riesgo de no seguir creciendo si se produce una salida de población extranjera que residente (como ocurrió en la crisis de hace una década), así como el regreso de algunos vecinos a sus municipios de origen, en el rural lucense. Lo que diferencia esta crisis de la anterior es que la del 2020 es más global al estar provocada por una pandemia. El Concello presenta planes y prepara más medidas para evitar la sangría económica, que se complementan con las que ofrezca el Gobierno y la Xunta. ¿Serán capaces de retener la población? Los próximos meses serán claves, pero a nadie se le escapa que una gran cantidad extranjeros trabajan en el sector más castigado por esta crisis, la hostelería, seguido del de la construcción. Y además, en el caso de Lugo, con un peso muy fuerte en el sector servicios. Aunque es un dato provincial, ayer se conoció que el número de extranjeros afiliados a la Seguridad Social había bajado un 0,6 % el pasado marzo, quedando en 5.786 trabajadores foráneos. Y a día de ayer, en la provincia se habían registrado 4.020 ERTE que afectaban a 14.656 lucenses.
Extranjeros en la ciudad y en la provincia
Casi 11.000 de 118 nacionalidades. En el municipio de Lugo viven 88.686 españoles y 10.952 extranjeros, de 118 nacionalidades diferentes. Las nacionalidades más asentadas son de Colombia (1.786), Venezuela (1.013), República Dominicana (898), Marruecos (891), Brasil (775) y Cuba (732). El siguiente ya es el primer país europeo, Rumanía, con 633 censados. Buena parte de esta población trabaja en sectores que ahora sufren la crisis por el cierre de actividad. Los once mil foráneos que residen en la ciudad suponen casi el 70 % del total de la provincia, donde hay censados 16.118 a 1 de enero de este año (8.098 hombres y 8.020 mujeres), 1.534 más que con respecto al 2019. Esa diferencia de 5.000 extranjeros más entre la capital y el resto de concellos se acrecienta en nacionalidades como la rumana y la portuguesa, muy asentadas en el sector primario, así como los caboverdianos (514) e indonesios (367) que viven en A Mariña. Como dato curioso hay seis apátridas censados. Aun así, por muchos regresos de inmigrantes a sus países de origen que provoque el coronavirus, ya hay un porcentaje muy elevado de extranjeros asentados en Lugo. Así, el INE registra este año los citados 16.118 foráneos frente a los apenas 2.700 que había en el año 1999.
Una provincia en continuo retroceso
En dos décadas, 37.745 habitantes menos. Pero los buenos datos demográficos de la capital lucense contrastan con el retroceso provincial. Desde que comenzó el siglo XXI la provincia de Lugo ha perdido 37.745 habitantes. Solo en el último año la bajada ha sido de 1.713 lucenses, quedando la cifra, según los datos publicados ayer por el INE, a 1 de enero del 2020, en 327.874 habitantes. La pirámide poblacional (mire los datos de la tabla adjunta) muestra cómo ha sido la evolución de estas dos décadas. En la actualidad, el grueso de la población tiene entre 35 y 74 años. Aunque hay datos muy destacables, como que haya más lucenses entre 85 y 89 años (13.616) que entre 20 y 24 años (12.033). Comparando con los datos de hace 20 años, salvo en el tramo de 0 a 4 años, hasta los 39 había muchos más lucenses que en la actualidad. El peso de «gente más joven» era mayor dentro de la población total.
La tercera provincia más envejecida de españa
50,05 años de media. Lugo es la tercera provincia con la edad media más lata, solo superada por Zamora (51,17) y Ourense (50,83). León es la cuarta con 49,29 años. A Coruña tiene 47,19 y Pontevedra, 45,92. Pero analizando datos más específicos, la media de población en municipios entre 500 y 1.000 habitantes es de 57,67 años. Y en concellos de entre mil y dos mil censados, la media es de 55,72. El envejecimiento del rural es evidente y en continuo crecimiento. Por su parte, cuánto más ricos son los municipios, baja la edad media, como sucede con Lugo capital, con una media de 45,74 años, o los ayuntamientos lucenses de más de 5.000 habitantes con 48 años, dos menos que la media provincial. No solo la capital de Lugo sostiene la edad media, también los extranjeros suponen una balanza positiva, con 34,90 años. Buena prueba de que cada vez hay más personas mayores se puede ver en la comparación de los datos por tramos de edades con respecto a hace veinte años. Si en el 2.000 había solo 65 lucenses con 100 o más años, a 1 de enero de este año la cifra era de 301. Lo mismo sucede con los lucenses que tienen 95 y 99 años, que en el 2020 son ya 1.727 y hace dos década eran 754. O como también en la actualidad hay el doble de mayores de entre 90 y 94 años que los que había con fecha del 1 de enero del 2000.
El peso poblacional
El 30 % vive en la capital. Hasta el 30 % de la población de la provincia vive en Lugo ciudad y el 21,71 % lo hace en municipios que superan los 10.000 habitantes (Viveiro, Sarria, Vilalba, Monforte). El porcentaje baja al 13,20 % en los concellos de entre 5.000 y 10.000 censados (Foz, Ribadeo y Burela rozan los diez mil); el 23,73 % entre 2.000 y 5.000; el 9,83 % en municipios entre 1.000 y 2.000; y el 1,49 % hasta los 999 habitantes. Las cabeceras de comarca siguen siendo focos de atracción . Habrá que comprobar en próximos datos del INE si ha habido cierto regreso del éxodo interior que se ha ido produciendo de forma paulatina en los que llevamos de siglo. Según un reciente informe del Círculo de Empresarios de Galicia, Lugo es la provincia de España que más población ha perdido desde finales del siglo XIX, con hasta 130.000 lucenses menos, superando a provincias muy relacionadas con la España vacía como Teruel, Zamora y Ourense, que completan el top cuatro del ránking. Eso sí, en lo que llevamos de siglo XXI, Lugo ya no ocupa ese primer puesto, y sí Teruel y Ourense. Los municipios de Lugo, Outeiro de Rei, Ribadeo Sarria, Burela y Viveiro son los que con subidas y bajadas, han crecido en población durante el último siglo.
Lugo capital, motor poblacional
Más peso juvenil. El 39 % de los lucenses de entre 0 y 19 años viven en la capital de la provincia, entorno a 17.306 sobre 44.457 del total. En los primeros tramos tras la mayoría de edad el porcentaje de población que vive en Lugo ciudad está entorno al 30 %. El grueso poblacional de la ciudad se sitúa entre los 41 y los 55 años, el tramo que está más asentado laboralmente. Así, 8.572 lucenses tienen entre 41 y 45 años; 8.156 entre 46 y 50; y 7.900, entre 51 y 55 años. En la población extranjera domina la juventud. De los 1.786 colombianos que viven en Lugo, casi 1.200 tienen entre 16 y 45 años. También unos 600 venezolanos (hay algo más de mil en la ciudad) tienen entre 21 y 41 años. Poder asentar población extranjera en la ciudad ayudará no solo a que Lugo alcance la ansiada cifra de los cien mil habitantes, si no que además permitirá el desarrollo de algunos sectores donde existe carencia de trabajadores y, por lo tanto, no se perderán oportunidades de empleo. También, a nadie se le escapa que suponen más ingresos para la seguridad social y para las arcas públicas.