Muchas ciudades costeras planean la inminente apertura de playas, pero restringida a paseos o bajo control policial y aforo limitado
30 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El coronavirus no hiberna en verano y todas las precauciones son pocas para que la «nueva normalidad» de la que habla el Gobierno central salga bien. Las ciudades litorales quieren evitar la concentración de bañistas y prevenir un rebrote del covid-19 en otoño. Muchos ayuntamientos costeros apuestan por abrir de inmediato sus playas urbanas y parques para que los niños paseen, pero con cautela. Mientras, muchos confinados de Vigo se preguntan si este fin de semana podrán pasear ya por Samil o el parque de Castrelos y cuánto tardarán en poder ir a las Cíes para darse un chapuzón en Rodas.
Una pista consiste en ver lo que están decretando otros municipios y países. Portugal se plantea ya imponer restricciones en sus playas por el covid-19; la Juta de Andalucía, como Vigo, quiere parcelar y dividir en cuadrículas sus arenales; e Italia diseña cubículos acristalados.
Ibiza ya permite el acceso a los arenales solo para paseo de niños mientras que Cádiz abrirá el domingo sus playas y parques a menores de 14 años y el baño queda prohibido con bandera roja. En Gijón habrá apertura inmediata este fin de semana en zonas verdes y el litoral, pero sin perros.
Otros municipios son más cautelosos. Barcelona estudia la reapertura de parques y playas según evolucionen los contagios por coronavirus. No se quieren mojar después de que el pasado domingo una avalancha de niños invadiese los parques y jugasen pachangas. Por su parte, San Sebastián lanzará un «aviso» a navegantes y mantendrá cerradas La Concha, Ondarreta y Zurriola.
Por contra, en Valencia defienden que los arenales son «el espacio más seguro» porque hay sol y están ventilados. Al depender del turismo, fomentarán al máximo los atractivos de la costa este verano. Para ello, preparan una hoja de ruta que proporcione un cómodo acceso a los arenales a la vez que evita las concentraciones de bañistas.
El Concello de Vigo también se plantea reabrir, sin concretar fecha, el parque de Castrelos y el paseo de Samil. Ya estudia medidas de seguridad como trazar circuitos de entrada y salida o ida y vuelta para que no se crucen los viandantes. Tomar el sol y bañarse en verano parece que, si se autoriza, irá acompañado de cintas que restrinjan el acceso, cuadrículas que dividan el arenal para distanciar a los bañistas o circuitos de tránsito.
El alcalde, Abel Caballero, y el presidente de la junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, apuestan por instalar una cuadrícula de seguridad para limitar el aforo en las orillas. En la Costa del Sol y su entorno, estas mallas restringirían, como las plazas de aparcamiento, el número de hamacas o toallas. Los límites no podrán ser sobrepasados para garantizar una distancia de seguridad. Algunas explanadas serán cerradas, pero las abiertas contarán con vigilancia policial que controlará el acceso máximo de bañistas. En Andalucía, las riberas con números clausus suenan ya como la fórmula para salvar la temporada turística.
Vigo también apuesta por el modelo de la cuadrícula, a falta de lo que diga el consejo asesor que ha nombrado Caballero para desescalar. El alcalde lo defiende y dejó caer que la idea se le ocurrió primero a él, cuando la comentó en una reunión de la FEMP. Quizás tenga razón porque la parrilla es un viejo invento gallego que todavía se usa para distanciar las hogueras de San Juan en el litoral. Este modelo de parcelación es muy barato comparado con los caros cubículos acristalados que diseñan en Italia. Solo hay que atar cintas policiales a pivotes o estacas y tender una malla por el arenal. Depende de que la marea esté baja y debe ser instalado y retirado cada jornada para que no lo desmonte el mar o el viento. Los bañistas esperarían su turno para ocupar la parcela que quedase libre. El truco para coger sitio, como demuestra la parcelación en A Coruña cada 23 de junio, es madrugar más que nadie.
Las mamparas de Italia, inviables
Algunos ayuntamientos costeros de Italia han planteado la instalación de cubículos acristalados en sus playas como medida de seguridad para evitar contagios de covid-19 entre los bañistas. El proyecto consiste en instalar hileras de mamparas de cristal rodeando dos tumbonas con sombrilla. De ser viable económicamente, la barrera de seguridad salvaría la temporada turística de verano. Pero el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ya avanzó el martes que esta medida la ve inviable.