Ana María Fuentes, cuidadora: «Recibo vales para alimentos, pero
hay que recargar la tarjeta del bus»
SOCIEDAD
Trabajaba en domicilios particulares con personas mayores, es una de las afectadas por la pandemia del coronavirus
23 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Empleados en un ERTE que aún no han cobrado la ayuda y trabajadores en B cuyos ingresos se han congelado. Estos son dos de los nuevos perfiles que copan los servicios de reparto de alimentos o cheques para la compra en las oenegés e instituciones benéficas gallegas hasta ahora solo visitadas por lo que muchos definen como necesitados «crónicos».
Ana María Fuentes Urrutia, de 56 años y vecina de Santiago de Compostela, es una de ellas. Hasta el 15 de marzo iba enlazando trabajos como limpiadora o cuidadora de mayores. Las medidas de distanciamiento social, más acuciantes en el caso de las personas de más edad, la han dejado sin ingresos. Estos días se hace cargo de su nieto, en Ribeira, además de un hijo que depende de ella.
«No recibo ninguna ayuda. Solo los vales de alimentos de Cáritas, pero también necesitas dinero, aunque sea para recargar la tarjeta del bus. Busco trabajo para cuidar personas mayores. Excepto estar de interna, puedo adaptarme a cualquier horario. Debo el alquiler donde vivo. He trabajado en varios sitios y tengo buenas referencias de Cáritas. Estuve en una empresa cubriendo una baja como limpiadora, iban a llamarme, pero, al final, con el coronavirus todo se paró. Desde entonces solo recibí una oferta para hacerme cargo de un señor ingresado en el hospital. Me dio miedo por los contagios del coronavirus. Tengo a mi cargo a uno de mis hijos, del que soy la responsable. Está diagnosticado de esquizofrenia. ¿Quién lo cuida si tengo covid-19?», lanza en un gripo desesperado Ana María.
La segunda ola
Su caso, admite Pilar Farjas, la responsable de Cáritas en la ciudad de A Coruña, constituye un nuevo prototipo, el de la postpandemia. «Ahora lo más urgente para nosotros son los economatos, donde pueden hacer la compra a precios accesibles, y de una forma más digna que estar en una cola, con los vales que les entregamos. En la ciudad tenemos dos. Pero, después del apuro de estos días, tendremos que centrarnos también en las ayudas de emergencia para el pago de alquileres, tramitación de expedientes y facturas de suministros a través de tarjetas nominales», pronostica Farjas.