El virus sigue expandiéndose por el país, que se convierte en el epicentro mundial de la pandemia
28 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Brasil vuelve a destacarse como epicentro mundial del coronavirus. La situación es crítica en el gigante sudamericano, que registró el pasado jueves un negativo récord de 3.650 decesos relacionados con la pandemia mundial en las 24 horas previas. El registro medio en los últimos días es de más de 2.000 fallecidos cada jornada, pero en varios días se superaron los 3.000, unas cifras que preocupan no solo en América Latina, sino en todo el mundo, ante el temor de que el país se convierta en un vivero para el virus.
«Un conjunto de indicadores, incluidos los promedios móviles de casos y muertes y las tasas de ocupación de las ucis, señalan una situación extremadamente crítica, o incluso de colapso de todo el país», alertó esta semana un informe de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), un prestigioso centro científico brasileño.
Los informes de los centros médicos son extremadamente preocupantes. En 27 de los 29 estados del país hay una ocupación de, al menos, el 80 % de las camas uci. La situación es aún peor en 19 ciudades capitales, que reportan un 90 % y, sobre todo, en la región austral de Rio Grande do Sul, fronteriza con Uruguay —donde también han crecido los casos de forma considerable— y que tiene ocupadas el 100 % de sus camas de cuidados intensivos.
«Ayer teníamos 395 personas aguardando turno en la red municipal de la ciudad de São Paulo, y hoy son 475», dijo el jueves el alcalde de la urbe paulista, Bruno Covas, al anunciar la muerte de una persona por el colapso hospitalario. Un joven de 22 años falleció en la ciudad después de haber pasado 40 horas de espera para ingresar en la uci.
La situación, además, podría empeorar, porque los contagios siguen al alza. El país registró más de 100.000 infecciones esta semana, su récord absoluto. En total, desde que comenzó la pandemia, Brasil, un país de 210 millones de habitantes, ha contabilizado 12,4 millones de contagios y más de 307.000 muertes, y es el segundo Estado más afectado del mundo, solo superado por EE.UU. La incidencia supera los 5.564 casos por 100.000 habitantes en el gigante sudamericano.
Cambios en Salud
Mientras la pandemia avanza, el Gobierno de Jair Bolsonaro ha iniciado una transición en el Ministerio de Salud. El cardiólogo Marcelo Queiroga sustituirá al mando del ministerio al militar Eduardo Pazuelo, que está siendo investigado por la Justicia por su manejo de la pandemia.
Queiroga ha recomendado mayor distancia social y ha puesto la esperanza de recuperación del país en las vacunas —apenas el 6 % de la población ha recibido la primera dosis—, pero su discurso sigue siendo parecido al de Bolsonaro, contrario a establecer medidas restrictivas de cuarentena e incluso al uso de mascarilla, que calificó el pasado mes de julio como «cosa de maricas».
Aunque al mandatario se le ha podido ver recientemente usando mascarilla en público, sigue abogando por no establecer medidas estrictas contra un virus que definió, al inicio de la pandemia, como una «gripecilla». La pasada semana le pidió a la población que «deje de quejarse» por el virus.
En Brasil, las medidas más estrictas de cuarentena las han tomado, por su cuenta, los Gobiernos regionales, aunque parte de la población reclama la necesidad de que se endurezcan.
La preocupación no existe solo en el país sudamericano. Parte de la comunidad científica del mundo comienza a tratar a Brasil como un riesgo para todo el planeta. La variante brasileña P1 del virus, surgida, aparentemente, en la ciudad amazónica de Manaos, parece ser mucho más contagiosa que las cepas originales.
Algunos científicos han advertido de que, cuanto más tiempo circula el virus por un país, más posibilidades tiene de mutar. Además, otros creen que vacunar, en un contexto como el brasileño, de alto número de casos diarios, podría generar nuevas cepas que resistan a las dosis de las marcas actualmente distribuidas.
Más de un centenar de países, incluido España, prohíben desde hace semanas la llegada a su territorio de vuelos procedentes de Brasil, precisamente a causa de la nueva variante.