Lucha contra la exclusión geográfica y tecnológica de la comarca de A Limia
SOCIEDAD
EL CDR O Viso ofrece servicios de proximidad a unas 300 personas
20 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Muchas zonas rurales gallegas luchan contra dos grandes obstáculos: la limitación tecnológica y la dispersión de una población que cada vez es menor. En la comarca de A Limia ocurre exactamente esto. Allí trabaja desde hace 30 años el CDR O Viso, un proyecto de servicios de proximidad a través de la dinamización comunitaria. Esta iniciativa cuenta en la actualidad con una financiación de 24.000 euros que otorga la Fundación "la Caixa".
«Nuestro destinatario mayoritario es la población mayor, aunque trabajamos con personas que tengan cualquier tipo de discapacidad o dependencia y estén en riesgo de exclusión social», dice Helena Blanco, terapeuta ocupacional. «Los servicios están centralizados en las villas y ciudades. Nosotros intentamos dotar a la población de los servicios y recursos necesarios de los que carecen, para que puedan envejecer con una buena calidad de vida en su entorno y en su hogar».
En ese sentido, han sido las propias demandas de las personas del entorno rural las que han ido creando servicios que no estaban cubiertos por la administración u otros organismos. Los servicios de proximidad siguen como línea maestra la prevención primaria (evitar el proceso patológico o degenerativo), secundaria (detección de deterioro o patología e intervención precoz) y terciaria (tratamiento y rehabilitación). También la intervención psicosocial de la red de apoyo de las personas beneficiarias.
Diferentes servicios
En su trabajo hay varios pilares de actuación. Uno de los más importantes se encuentra en los servicios de alimentación, dando de comer tanto en su comedor social como a través del servicio a domicilio. Blanco señala que atienden a un centenar de personas al día. Del mismo modo, subraya el trabajo en servicios de higiene, lavandería y medicación. Se desarrollan igualmente en doble sentido: tanto en el centro como en las casas de los beneficiarios. Aquí se incluye la podología, «que lleva muchísimos años y tiene una media de 30 usuarios por sesión».
Todo ello se acompaña con talleres de promoción de la autonomía y gimnasia, que persiguen el envejecimiento activo de los usuarios. A todas estas actividades se sumará un jardín sensitivo y sensorial, accesible para todo el mundo. También la puesta en funcionamiento de una radio para que los usuarios del centro dispongan de su propia emisora.