El papa Francisco limita la celebración de misas en latín

La Voz

SOCIEDAD

.

Solo podrán realizarse mediante permiso expreso del obispo

17 jul 2021 . Actualizado a las 18:01 h.

El papa Francisco ha limitado la celebración de las conocidas como misas tridentinas, aquellas celebradas en base al rito antiguo y utilizando el latín. Mediante la publicación de un motu propio —un documento papal—, el pontífice ha expresado a los obispos dicha modificación sobre la celebración de las eucaristías de este tipo, que ya no podrán llevarse a cabo en las iglesias parroquiales. 

La reforma choca frontalmente con el documento publicado en el 2007 por el anterior papa, Benedicto XVI, en el que facilitaba la celebración de la misa en latín, aunque explicaba que el Misal salido del Concilio Vaticano II —el utilizado comúnmente— «es y permanece» como la forma «normal» de la liturgia, mientras que el tridentino era el «extraordinario».

Para sustentar este permiso, Benedicto XVI precisó entonces que la misa en latín según el rito tridentino nunca fue jurídicamente suspendida y siempre estuvo permitida, y que en estos años muchas personas y movimientos permanecían ligados a esa forma. De ahí la necesidad de un reglamento más claro para llegar, además, a «una reconciliación interna en el seno de la Iglesia». 

Ahora Francisco pone límites a estas celebraciones en latín y pide, entre otras cosas, a los obispos no autorizar nuevos grupos de fieles que quieran este tipo de liturgias. En aquellas diócesis en las que uno o más grupos celebren habitualmente la misa en la variante tridentina, el obispo velará para que no se excluya «la validez y legitimidad de la reforma litúrgica, de los dictados del Concilio Vaticano II y del Magisterio de los supremos pontífices». También excluye este tipo de celebraciones de las iglesias parroquiales, por lo que dichas congregaciones deberían acudir a otro lugar de reunión. 

¿Qué es la misa tridentina?

El rito romano por el que se celebra la eucaristía en base a las formalidades de la Iglesia católica cuenta con la variante tridentina —que obtiene su nombre del Concilio en el que se idearon sus bases, celebrado en Trento—, anterior al Concilio Vaticano II que, en 1952, estableció las nuevas bases en cuanto a la celebración del rito cristiano. Las principales diferencias formales radican en el uso del idioma, que abandona el latín permitiendo el uso de la lengua vernácula de cada zona, y la posición del sacerdote, de espaldas a los creyentes. 

Tras cuatro siglos de permanencia de las antiguas costumbres, las modificaciones realizadas en el Concilio pasaron a cambiar la forma de realizar el culto en toda la Iglesia católica. Aunque Benedicto XVI permitió, durante sus años de papado, que aquellos que abogaban por las antiguas maneras pudiesen guiarse por el anterior misal, parece que Francisco I pretende desterrar, con este documento, los residuos del rito tridentino que pudiesen quedar.