La degradación de las mascarillas en el mar podría afectar a la reproducción de los peces

redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Un estudio del Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo, en el que se utilizó como modelo al pez cebra, revela que la contaminación afecta a la expresión de hasta cuarenta genes

07 feb 2022 . Actualizado a las 17:08 h.

Las mascarillas se han convertido en una herramienta fundamental para protegernos contra el coronavirus, pero también pueden suponer una amenaza para la salud del medio marino. Hasta 25.000 toneladas de protectores faciales se calcula que acabaron el pasado año en los océanos en forma de residuos. Otra montaña en el mar de plástico.

Pero, ¿cuáles son en concreto las consecuencias de tirar las mascarillas? Las quirúrgicas, las usadas mayoritariamente, están compuestas fundamentalmente de un tejido de microfibras de distintos polímeros plásticos, aditivos orgánicos e inorgánicos. Estos compuestos, según acaba de revelar un estudio liderado por Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo (IIM-CSIC) en colaboración con la Universidad de Cádiz, pueden acabar afectado al sistema reproductor de los peces.

Es algo que se ha visto en el pez cebra, el modelo que utilizan los científicos para estudiar todo tipo de respuestas biológicas, incluso para el ser humano. Lo que se ha visto es que la fragmentación de las mascarillas quirúrgicas y su degradación por la radiación ultravioleta altera hasta 40 genes asociados con la reproducción del pez cebra, así como a otros involucrados en procesos biológicos relacionados con la respuesta inmune y metabólica.

«En el medio ambiente, donde se degradan, pueden ser una fuente de microfibras y dejar su correspondiente huella química en sistemas acuáticos. Por ello hay que prestar atención a esta cuestión», alerta Marta Sendra investigadora del grupo de Inmunología y Genómica del IIM y primera autora del estudio recogido en la revista científica Journal of Hazardous Materials.

Los investigadores realizaron el trabajo con mascarillas comerciales fabricadas en China adquiridas en una farmacia de Vigo y con 240 ejemplares de larvas de peces cebra criados bajo protocolos establecidos en los laboratorios del Instituto de Investigacións Mariñas. Para conocer los efectos, los científicos efectuaron análisis moleculares mediante secuenciación de ARN.

Lo primero que se hizo en la investigación fue caracterizar la composición de compuestos orgánicos e inorgánicos de las mascarillas e indagar su comportamiento en agua dulce. También examinaron los compuestos potencialmente tóxicos que se liberan en la etapa inicial de la degradación del material protector y los que lo hacen en una fase más avanzada, una semana después.

«Para la degradación inicial se emplearon trozos cuadrados de 2 milímetros y para la avanzada se molieron dichos trozos con el fin de alcanzar una mayor fragmentación. Dichos fragmentos se mantuvieron de forma independiente en agua dulce durante una semana con una exposición diaria de luz ultravioleta durante ocho horas para su degradación», explica Marta Sendra, quien añade que «los análisis del agua revelaron que hubo una pequeña liberación de hierro, cobre y zinc y otra de tres compuestos orgánicos fruto de la degradación de la mascarilla».

El segundo objetivo, tomando como objeto al pez cebra, utilizado como organismo modelo, fue analizar los efectos de su degradación en especies marinas. Para ello estudiaron los genes expresados en los animales expuestos a los productos de degradación.

«Los ejemplares de pez cebra se expusieron durante diez días a control, tratamiento con trozos de mascarilla y agua de su degradación inicial; tratamiento con trozos de mascarilla y agua de su degradación avanzada y solo agua proveniente de degradación avanzada», explica Antonio Figueras.

Los resultados revelaron que los tratamientos con mascarillas, ya sea con fragmentos de distinto tamaño o solo con agua, afectaron a genes del pez cebra relacionados con su reproducción. Los efectos más acusados se observaron, en primer lugar, en los expuestos a trozos muy degradados y agua procedente de mascarillas muy degradadas. En segundo lugar, en los expuestos a trozos inicialmente degradados con agua proveniente de mascarillas poco degradadas y, por último, solo con agua que había estado en contacto con mascarillas enteras.

«Si se les aplica un tratamiento con mascarillas altamente degradadas se ven afectados 40 genes del pez cebra relacionados con tres fases de su reproducción: desarrollo de gametos, reconocimiento esperma-óvulo y fertilización», apunta Marta Sendra.

Los investigadores creen que este fenómeno, aparte de afectar de forma individual a los peces, podría afectar a la reproducción y fertilidad de sus poblaciones.