María Celia López, artesana de la piedra: «Antes se paraban a verme trabajar»

SOCIEDAD

JOSE PARDO

Aprendió el oficio con su padre y ahora está ella al frente del negocio, al que se ha incorporado su hijo. María Celia López Pena se define como artesana de la piedra, una profesión en la hay muy pocas mujeres

08 feb 2022 . Actualizado a las 23:57 h.

Arte en Piedra López es un taller especializado en trabajos para cementerios, en el que tratan de forma artesanal el mármol y el granito para transformarlo en lápidas y otros objetos de ornamentación funeraria. Pero en este taller, situado en la calle Cataluña de Ferrol, también se elaboran piezas decorativas como tallas, figuras, capiteles y columnas pulidas.

Las manos de María Celia López Pena (Ferrol, 1959) son las que dan forma a la piedra, en un negocio familiar que su padre, Ángel López, puso en marcha en el año 1959. «Yo aprendí el oficio de mi padre y ahora mi hijo también está aquí conmigo», apunta esta mujer que se define como artesana profesional de la piedra, precisando que no se puede confundir su oficio con el de cantero.

María Celia se incorporó al taller con su padre cuando tenía 18 años y recuerda que, al principio, «la gente se paraba en la puerta para verme trabajar», porque les extrañaba ver a una mujer tallando la piedra. «Había mucho machismo y en ocasiones algunos clientes no querían que los atendiera yo». Y, pese a lo que han cambiado los tiempos, asegura que son muy pocas las mujeres que se dedican a este oficio. «No creo que en toda España haya ni media docena», dice, aclarando que es muy distinto trabajar en una marmolería que hacer esculturas en piedra o grabar a mano el granito y el mármol, como hace ella.

JOSE PARDO

Según explica, lo básico para elaborar una pieza es tener conocimientos de arte. De hecho, ella también pinta al óleo y dibuja.

Además de en el propio taller y en su página web, María Celia también muestra su buen hacer con la piedra en algunos eventos. La última demostración que hizo fue en unas jornadas que se celebraron antes de la pandemia en el Concello de Neda sobre el Camino Inglés, en las que elaboró un bastón de peregrino y la talla del logo del Xacobeo, valorados en unos mil euros, que después donó para el museo del Camino.

Pensando en que ya le queda poco tiempo para la jubilación, esta artesana dice sentir pena de que el oficio que es su pasión se pierda y se muestra bastante crítica con las administraciones. «Llevo muchos años peleando para que se cree una escuela para formar artesanos de la piedra, pero no hacen caso. Solo forman soldadores y carpinteros», apunta, añadiendo: «A mí me vienen a preguntar si quiero dar clases y podría hacerlo, porque ante una piedra tallo lo que sea, ya que mi padre me enseñó a hacer de todo y no me da miedo nada, pero el problema está en que no hay una titulación», apunta.

También considera que desde los concellos se está haciendo muy poco o casi nada por ayudar a los artesanos, contribuyendo a que ciertos oficios corran el riesgo de desapare

JOSE PARDO

cer.