Los duques de Cambridge visitan Belice, Jamaica y Bahamas para aplacar los ánimos republicanos de la población en medio de un cambio de tendencia
20 mar 2022 . Actualizado a las 09:45 h.Ser royal es lo que tiene. Que tendrás muchas obligaciones, pero también recorres el mundo. Y eso lo han hecho muy bien en los últimos años los duques de Cambridge. Guillermo y Kate acaban de llegar al Caribe en viaje oficial, aunque en este caso, un destino tan apetecible tiene asociada una causa bastante delicada. Y es que los miembros de la familia real británica van a visitar Belice, Jamaica y Bahamas, territorios por los que comienza a circular una tendencia a favor de abandonar la Commonwealth, como recientemente hizo Barbados. Su misión, pues, es aplacar los ánimos republicanos que comienzan a levantarse en la zona, y por eso llevan un programa calculado hasta el último detalle, en el que habrá poco espacio para relajarse. Los duques no son los únicos miembros de la familia que viajarán con motivo del jubileo de platino de la reina Isabel. También lo harán Carlos y Camila, que visitarán Irlanda; y los condes de Wessex, que irán hasta Antigua y Barbuda, Granada, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas.
El embarazo
Jesulín y Campanario, en el hospital. Había algo de preocupación en torno al estado de salud de María José Campanario, embarazada de seis meses, después de que el programa Sálvame asegurase que la odontóloga y su marido, Jesulín de Ubrique, acudieron el miércoles a urgencias de un hospital cercano a su domicilio, en el que estuvieron de 10.30 a 13.00 horas y en el que se les vio con rostro serio y preocupado. Sin embargo, parece que el entorno de la pareja asegura que su embarazo marcha a las mil maravillas y que están disfrutando de este momento de su vida alejados del foco mediático.
La boda «simbólica»
Berlusconi se casa. El tres veces ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, de 85 años, y su actual pareja, la diputada de su partido Forza Italia Marta Fascina, de 32, celebraron ayer una fiesta de unión simbólica, una «no boda», como lo han definido en la prensa italiana, en la que estuvieron presentes todos los amigos históricos del magnate y todos sus hijos, menos Pier Silvio por covid. La pareja aseguró que más que una boda, lo suyo fue «una fiesta del amor».
La fiesta comenzó a las 13:00 horas en Villa Gernetto, una de las mansiones de Berlusconi en la localidad de Gerno, en la provincia de Mónza (norte) que el empresario quiere que sea la sede de su universidad dedicada a estudios de Política.
A la fiesta asistieron entre 50 y 70 personas. No faltaron los amigos de una vida del «Il Cavaliere» como el vicepresidente de Forza Italia Antonio Tajani, Gianni Letta, Fedele Confalonieri, Niccolò Ghedini, Marcello Dell'Utri y los líderes del partido Annamaria Bernini y Licia Ronzulli, mientras que el portavoz en la Cámara de los diputados, Paolo Barelli no asistió por ser positivo al covid, ya que todos tuvieron que hacerse una prueba para participar.
También presentes su médico personal, Alberto Zangrillo y los representantes de su imperio: el director gerente de Fininvest, Danilo Pellegrino con el director general de Publitalia, Stefano Sala, y se confirmó la presencia del líder de la Liga, Matteo Salvini, de la derecha radical.
El diario «Corriere della Sera», que informó de todos los detalles, explicó que hubo incluso una celebración de unión, sin ningún valor legal, en la pequeña capilla de la mansión. Berlusconi pronunció su discurso dedicado a su compañera Marta, y antes de que se sirvieran los primeros platos, volvió a tomar la palabra brevemente para saludar y agradecer: «Estoy feliz de tener a la gente querida aquí conmigo en este día».
Marta Fascina lució un vestido blanco de encaje francés, creación de Antonio Riva, y Berlusconi llevaba un traje azul firmado por Armani. Para la ocasión, Villa Gernetto fue decorada con 150 estatuas, juegos de agua en las fuentes y un chorro en forma de torta en la fuente principal.
El menú, que fue preparado por el restaurante de tres estrellas Michelin «Da Vittorio», incluía algunos platos como los ravioli de ricotta y patata al azafrán, los famosos «Paccheri Vittorio», ternera al vino tinto con patatas negras y crema de zanahorias a la canela, entre otros. Y la tarta nupcial de tres pisos, como los tres años que llevan juntos.
Al final de la comida, Berlusconi entretuvo a sus invitados cantando algunas canciones, muchas de ellas en francés, con Fedele Confalonieri al piano. Los «esposos» ya se habían intercambiado hace algunos días sus regalos: un anillo con un diamante para ella y una escultura en escayola del entrelazamiento de las dos manos para él.
Berlusconi y Fascina comenzaron su relación en 2020, cuando los medios hicieron públicas unas fotos de ambos en Suiza. En estos dos últimos años, Fascina ha estado siempre al lado de Berlusconi, como cuando intentó presentarse a presidente de la República en las pasadas elecciones en enero, un movimiento que no salió bien al magnate, así como en las múltiples ocasiones en las que ha estado ingresado por problemas de salud.