Antonio Turiel, investigador del CSIC: «Viene una crisis de escasez de diésel que podría notarse ya en abril»
SOCIEDAD
Asegura que las petroleras han dejado de extraer desde el año 2014 y que el pico de producción se alcanzó en el 2018
27 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Dice Antonio Turiel (León, 1970) que su teléfono no para de sonar. Llaman medios de comunicación y organismos públicos y privados que están preocupados por la situación actual. Muchos se acuerdan sobre algo que este físico y investigador del CSIC lleva doce años anunciando: una gran crisis energética. Su predicción, que ya expuso en una sesión del Senado el año pasado, es que el mundo se enfrenta a una inminente escasez de diésel. Un problema sin vuelta atrás que podría manifestarse en Europa muy pronto por la guerra entre Ucrania y Rusia.
—¿Cómo explica la crisis del diésel que usted anticipa?
— En 1999 dos geólogos publican un artículo en la revista Scientific American titulado El fin del petróleo barato. Predicen que el máximo de extracción se produciría en un plazo de 10 años y que a partir de entonces se podría extraer, aunque cada vez más caro. Un contratiempo que dañaría la economía global. Yo por entonces estaba haciendo mi doctorado en Francia. Pensé que los gobiernos actuarían, pero empecé a leer noticias sobre este tema que eran contradictorias. Y en el año 2008 se produjo el máximo pico de precios de 147 dólares por barril, justo un par de meses antes de la caída de Lehman Brothers. Comprobé entonces que no había nadie al timón. Luego fui consciente de que si no se estaba haciendo nada era porque se trata de un problema sin solución. En el 2010 abro el blog y empiezo ya a dar charlas sobre lo que viene.
—¿Y qué es?
— Para hacer diésel se necesita que el petróleo tenga una cierta calidad. Sin embargo, el pico del crudo convencional llegó en el 2005. Desde entonces se ha incentivado la introducción de otros hidrocarburos líquidos que no son petróleo y otras fórmulas de extracción como el fracking. Con estos «no convencionales» se ha estado maquillando el conflicto. Pero el máximo de producción, incluyendo también estos sucedáneos, fue en el 2018.
—¿No se puede extraer más?
—Las compañías petroleras han descubierto que ya no pueden ganar dinero con este negocio. Desde el 2011 al 2014 las 127 empresas petroleras y gasísticas más importantes perdieron unos 110.000 millones por año y eso que el precio se movía en una franja entre 110 y 120 dólares barril. Desde entonces han reducido su inversión entre un 60 y 90 %.
—¿Cuál es la situación actual?
—El descenso de la producción ha caído un 15 % desde el 2015. Esto es un indicio de que viene algo grave. En estos momentos ocurren cosas como que a Pakistán nadie le vende diésel, Sudáfrica ya ha adoptado medidas de racionamiento y Arabia Saudí, un país que exporta petróleo, está comprando grandes cantidades de diésel. China ha anunciado que a partir del 1 de abril no va exportar por miedo a que no tengan para ellos. La cuestión es que el problema se está acercando a Europa. En Alemania BP y Shell ya no venden diésel al contado.
—Y lo que usted dice es independiente de la escalada de precios actual
—Sí, lo que viene es un conflicto de escasez. Esto podría ocurrir previsiblemente en abril.
—¿Y qué se puede esperar?
— Estamos ante un problema estructural. Habrá épocas de racionamientos y otras mejores. Esto provocará precios oscilantes. Lo que hay que esperar y desear es que se hagan bien las cosas y que el suministro caiga lentamente, pero la guerra podría intensificarlo todo. Ahora mismo los inventarios de diésel en el mundo están en mínimos históricos y si miras dónde se provisiona Europa descubres que en Rusia. Y luego está el tema Estados Unidos. En febrero el 22 % del diésel llegó precisamente de Rusia porque también está sufriendo escasez. Tienen mucho petróleo de fracking, pero como digo no vale para producir diésel. Ahora se han visto obligados a comprar rápidamente en Venezuela e Irán. La pregunta es que si Estados Unidos copa todo el mercado, ¿qué le quedará a Europa?.