Un proyecto convertirá el Castelo dos Mouros en zona de prácticas para que los alumnos puedan aprender a excavar trabajando en el poblado
06 jul 2022 . Actualizado a las 10:12 h.La isla de Ons, una de las joyas del único Parque Nacional gallego, aspira a convertirse en una referencia imprescindible en las investigaciones históricas. La idea la desveló el director de la excavación que se realiza este año en el poblado romano de Castelo dos Mouros, Adolfo Fernández, que en la reciente visita del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, defendió que se aproveche la espectacularidad de este yacimiento como campo de entrenamiento para las futuras generaciones de alumnos de Arqueología en Galicia.
Se trataría de convertir Castelo dos Mouros en un «campo de traballo de prácticas» para que los alumnos puedan «aprender a excavar» trabajando en un poblado de hace dos mil años y cuya ocupación por los primeros isleños duró por lo menos cuatro siglos. Las excavaciones del 2021 y las que se llevaron a cabo esta primavera y se retomarán en otoño las impulsa el Parque Nacional Illas Atlánticas de Galicia, gestionado por la Consellería de Medio Ambiente.
Esta es la primera vez que se lleva a cabo una campaña científica de excavación en la isla buenense. No ha defraudado. Se conocía que existía un asentamiento humano antiguo, porque su perímetro es evidente en las fotografías aéreas. Se sabía también que había piletas de salazón en la playa de Canexol, justo al pie de la ladera, pero lo que no se sospechaba era la entidad de lo que los arqueólogos están sacando a la luz y que llevan la huella de aquellos gallegos de hace dos mil años hasta la propia capital del Imperio, Roma, donde se han encontrado ánforas del modelo de Bueu.
El pescado que se capturaba hace dos milenios en la ría de Pontevedra, se trataba en las factorías de salazón de Ons y se exportaba para su consumo en toda la península Ibérica e incluso en la urbe a donde conducían todos los caminos bajo el gobierno de los césares.
En el balance que Adolfo Fernández se recalcó también que en Canexol se descubrió por primera vez en todo el norte europeo la producción de tinte de color púrpura, a partir de la glándula de una especie de caracolillo, el múrice, que ahora está extinta en Galicia. De hecho, en Canexol se encuentra todo un complejo industrial romano, con tres factorías e incluso una escalera de piedra de bajada a la playa donde vararían los barcos con el pescado.
Un poblado amurallado
Si sorprendentes fueron los descubrimientos en la playa, en Castelo dos Mouros no lo fueron menos. Adolfo Fernández precisó que, vistas las dimensiones del yacimiento, en este antiguo poblado debieron vivir «mil e pico persoas». Es una cifra notable para una isla como Ons.
En la zanja que abrió el equipo al mando de Fernández se encontraron con una estructura inesperada. Se trata de una muralla, que debe circunvalar todo el yacimiento. Es de piedra y de grandes dimensiones, porque su anchura alcanza los dos metros. Debía ser impresionante llegar desde el mar en los días imperiales y ver la muralla de Castelo dos Mouros sobresaliendo en la ladera, como protección para sus habitantes y aviso a sus enemigos.
En este punto de la isla, una escarpada ladera que domina toda la entrada de la ría de Pontevedra, se han encontrado estructuras de viviendas, tanto rectangulares, propias de un urbanismo romano, a circulares, herencia de la influencia castrexa indígena. Los restos materiales encontrados, por el momento, apuntan a que se fundó en los años anteriores al cambio de era, cuando Augusto era emperador y los romanos estaban en plena anexión del noroeste peninsular al Imperio. Además, al norte de la isla hay otros restos que no se sabe qué son. Por estas estas razones, los arqueólogos creen que tienen para bastantes años de excavaciones e investigación en el enclave insular.