Pablo Pineda: «No es filantropía, aportamos competencias»
04 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El número de personas con discapacidad que tienen empleo en España alcanzó en el 2020 la cifra de 516.000, lo que supone la cifra más alta hasta ahora, según se recoge en el estudio realizado por la Fundación Randstad, que ha analizado el mercado de trabajo de este colectivo, según los últimos datos disponibles y su evolución desde hace siete años.
A través de estas cifras, han determinado que el empleo de las personas con discapacidad «va creciendo lentamente a lo largo de los años» y así lo ha hecho entre el 2014 y el 2020, año en el que se crearon 30.000 empleos nuevos.
En los siete años analizados por el estudio los ocupados con discapacidad han crecido un 31 % (122.000 personas), mientras que el número de parados ha ido reduciéndose desde el 2014 hasta situarse en 147.600 personas desocupadas en el 2020. La tasa de paro ha ido disminuyendo hasta situarse en el 22 %, diez puntos menos que en el 2014.
En total, según indica el informe, en España en el 2020 había 3,2 millones personas con discapacidad, según las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística, repartidas prácticamente por igual entre hombres y mujeres. El trabajo revela, además, que el 41 % de este colectivo presenta un grado de discapacidad entre el 33 % y el 45 % y que la discapacidad osteoarticular, intelectual y crónica está presente en el 63 % de este colectivo.
El estudio también destaca que la población con discapacidad en edad de trabajar se encuentra cerca de los dos millones.
Estudios superiores
En cuanto a la formación de las personas con discapacidad, la fundación ha señalado que la tasa de actividad de las personas con estudios superiores (54 %) es casi 20 puntos superior a las personas con discapacidad con estudios medios y 38 puntos superior a aquellas que no disponen de estudios.
«A estas alturas es fundamental que las empresas entiendan que la contratación de personas con discapacidad no es filantropía, sino una necesaria apuesta por la sostenibilidad, el talento y la competitividad en un entorno diverso en el que aportamos muchos valores y competencias como el esfuerzo, el sacrificio o la motivación», defiende el primer diplomado europeo con síndrome de Down, Pablo Pineda, que como actor ganó la Concha de Plata de San Sebastián en el 2009.