La propuesta fue abortada en las tres ocasiones anteriores por el presidente de la República
19 abr 2023 . Actualizado a las 21:03 h.El Parlamento luso, liderado por la mayoría absoluta del Partido Socialista (PS), aprobó este viernes por cuarta vez la legalización de la eutanasia y la muerte médicamente asistida, una actualización de la versión que fue rechazada hace dos meses por el Tribunal Constitucional tras el veto del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa.
La norma contó con el apoyo de la mayoría de los socialistas, del Bloco de Esquerda, Iniciativa Liberal, Livre (izquierda) y del animalista PAN.
Por otra parte, la mayoría de los diputados del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) y el ultraderechista Chega y el Partido Comunista Portugués (PCP) votaron en contra en bloque.
Este nuevo proyecto debe volver a las manos del jefe de Estado luso, Marcelo Rebelo de Sousa, que una vez más debe decidir si la aprueba, la veta o la reenvía al Tribunal Constitucional.
Qué dice la ley
La ley define la muerte médicamente asistida como la que «ocurre por decisión propia» de una persona, «en el ejercicio de su derecho fundamental de autodeterminación» y cuando es «practicada o ayudada por un profesional de la salud».
Se aplicaría exclusivamente en casos de mayores de edad, con «sufrimiento de gran intensidad», por «lesión definitiva de gravedad extrema» o «enfermedad grave e incurable».
Además, marca un plazo mínimo de dos meses entre el inicio del proceso y la muerte médicamente asistida y establece un acompañamiento psicológico obligatorio para el enfermo.
La principal novedad respecto a las versiones anteriores es que la eutanasia solo se podrá practicar cuando «el suicidio médicamente asistido sea imposible por incapacidad física del enfermo».
Establece que «el médico orientador» debe «informar y aclarar» al paciente «sobre los métodos disponibles para practicar la muerte médicamente asistida», así como para la eutanasia.
En el debate parlamentario, la diputada socialista Isabel Moreira afirmó que se dan las «condiciones de comodidad» para que el presidente luso apruebe la nueva norma.
«Creemos que el margen de acuerdo del legislador ha sido probado como nunca y que respetamos cada texto, uno tras otro y tras otro. El país necesita ver en vigor la que fue su voluntad expresada aquí», declaró.
La derecha quiere un referendo
Por otra parte, el PSD y Chega insistieron en la necesidad de hacer un referendo y criticaron que este nuevo texto incluye nuevas modificaciones «sustanciales» que no han sido lo suficientemente debatidas.
La diputada del PSD Paula Cardoso criticó que han recibido esta propuesta «tardíamente», sin darles tiempo «ni espacio para analizar con profundidad y el cuidado que merecía».
«Teniendo en cuenta que las alteraciones fueron sustanciales y no se limitaron a acomodar las recomendaciones de la sentencia del Tribunal Constitucional», añadió.
El texto será derivado ahora a la Comisión de Asuntos Constitucionales para la redacción final y después será enviado al presidente de Portugal.
Cuarta aprobación
El debate sobre la eutanasia está instalado en las instituciones de Portugal desde 2018 y el Parlamento había aprobado su despenalización en otras tres ocasiones, pero no consiguió salir adelante.
Rebelo de Sousa, católico practicante, remitió dos veces la ley al Constitucional para su revisión y la otra la vetó directamente, al entender que no especificaba de forma clara las razones por las que se podía solicitar la muerte médicamente asistida.
La última vez que el proyecto fue echado para atrás fue el pasado 30 de enero, cuando el Constitucional luso consideró que algunos puntos de la norma entraban en conflicto con la ley fundamental del país.