El mayor estudio del ADN del cáncer de pulmón abre la posibilidad de detectar metástasis con un análisis de sangre

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

El estudio, publicado en varios trabajos en «Nature», revela la diversidad tumoral, incluso en un mismo paciente, por lo que también abre la puerta a tratamientos más personalizados y nuevas terapias

12 abr 2023 . Actualizado a las 17:12 h.

No hay un tumor igual a otro. Ni siquiera dentro de los subtipos de un mismo cáncer, uno es igual a otro, por lo que el que se diagnostica a un paciente también es diferente al del otro. Es más, dentro de un mismo subtipo de un mismo paciente existen diferencias. O, lo que es lo mismo, las células del mismo tumor en la misma persona pueden ser distintas y responder de forma desigual a los tratamientos y presentar una diversa evolución.

La enorme complejidad del cáncer es algo que se conocía y de lo que cada vez existen más pruebas, pero su múltiple diversidad ha quedado al desnudo en siete estudios publicados en Nature y Nature Medicine que recogen el estudio genómico de más de 1.600 muestras tumorales tomadas de 421 pacientes de cáncer de pulmón no microcítico, el más común en este órgano. La investigación, liderada por el Instituto Francis Crick del Reino Unido, analiza de qué forma evoluciona y evalúa por qué, en ocasiones, los tumores reaparecen, se extienden a otras partes del organismo o qué efectos tiene la quimioterapia con platino.

El trabajo añade, por un lado, más complejidad por la capacidad casi infinita del cáncer de evolucionar y escapar de las terapias, pero, por otro, abre un abanico más amplio de opciones para el tratamiento personalizado, al que deberán enfocarse los científicos.

«No quiero sonar demasiado deprimente, pero creo que, dadas las posibilidades casi infinitas en las que puede evolucionar un tumor, y la gran cantidad de células en un tumor en etapa tardía, que podría ser de varios cientos de miles de millones, entonces lograr curaciones en todos los pacientes con enfermedad en etapa avanzada es una tarea formidable», advierte el profesor Charles Swanton, líder del trabajo, quien insiste en la necesidad de fomentar los hábitos de prevención. En este caso concreto el principal pasa por dejar de fumar.

En la parte más positiva, otro trabajo en Nature establece una nueva tecnología basada en biopsia líquida que permite leer el ADN del tumor en una muestra de sangre. Podría detectarse incluso hasta 200 días antes de que aparezca en una tomografía computarizada. Será, también, importante para plantear nuevas estrategias terapéuticas.

Y los científicos también esperan que, con estos hallazgos, en el futuro puedan predecir cómo se propagará el tumor de un paciente y adaptar el tratamiento.

 «El cáncer de pulmón es una enfermedad evolutiva, en la que poblaciones de células tumorales o clones pueden adaptarse al entorno y volverse resistentes a los fármacos. El combustible» de esa adaptabilidad es la diversidad de cada tumor, explica Carlos Martínez-Ruiz, del Instituto del Cáncer de la University College de Londres, y uno de los firmantes del artículo.

Y es que, detalla, los tumores están compuestos por varias poblaciones de células que no son homogéneas, que se diferencian por cambios en su código genético: han visto que la diversidad a nivel de grandes cambios en el material genético intratumoral tiene un impacto muy fuerte en la prognosis (probabilidad de metástasis / recurrencia) del paciente.

Otro de los aprendizajes de este mapa es que hay pequeñas poblaciones de células que se expanden conforme el tumor va evolucionando, células con una gran cantidad de mutaciones que confieren ventaja al tumor, en cuanto a que se reproduce más rápido.

«Los trabajos presentados en Nature son fascinantes y muy robustos. En los últimos años hemos visto cómo tumores que nos parecían la misma enfermedad, al mirarlos al microscopio tenían diferentes alteraciones genéticas y, por tanto, podrían tratarse de manera diferente con un éxito mayor», destaca Alberto Jiménez Schumacher, en una reacción recogida por SMC España. 

«Además -añade- hemos aprendido que un tumor es heterogéneo y no todas las células cancerosas dentro de un mismo tumor son iguales. Esta diversidad, esta heterogeneidad intratumoral, permite que algunas células tumorales puedan sobrevivir a algunos tratamientos y, sin embargo, ser sensibles a otros. En el cáncer se da una evolución darwiniana a lo bestia, y la selección natural de las células tumorales consiste en adaptarse al microentorno, evitar el sistema inmunitario y resistir los nuevos tratamientos para poder sobrevivir, crecer más y progresar».

Los estudios se han llevado a cabo dentro del proyecto TRACERx, que busca entender cómo diferentes clones, o poblaciones celulares dentro de un mismo tumor, evolucionan frente a los tratamientos. La investigación demuestra que la progresión de la enfermedad, la posibilidad de iniciar una metástasis o de reaparecer al cabo del tiempo está influenciada por la heterogeneidad tumoral. Este hecho debería ayudar en el futuro a una selección más efectiva de los tratamientos para cada paciente y a la búsqueda de otros nuevos. 

Rocío Bautista, investigadora en la Unidad de Bioinformática del Centro de Supercomputación y Bioinnovación de la Universidad de Málaga asegura que este trabajo puede suponer un gran avance. «Muestra cómo las alteraciones genéticas acumuladas durante el desarrollo de la enfermedad, desde el tumor primario, pueden ayudar a determinar el riesgo de diseminación y, por lo tanto, de metástasis. Estas divergencias podrían permitir predecir el riesgo de posibles metástasis».

El análisis genómico, tanto del tejido como de la sangre de los pacientes, se realizó en tumores que estaban en fase inicial, en los que habían recaído después de una cirugía y en aquellos a que recayeron en la enfermedad después del tratamiento. Los estudios moleculares se hicieron tanto a nivel genómico, transcriptómico como del ADN tumoral libre circulando en la sangre.