Consumo advierte sobre las cajas botín, populares entre adolescentes
21 oct 2023 . Actualizado a las 09:13 h.El perfil del jugador en España es, cada vez, más joven: un 22 % tienen menos de 25 años, según el Estudio de Prevalencia de Juego 2022-2023 elaborado por la Dirección General de Ordenación del Juego del Ministerio de Consumo. De ellos tiran, principalmente, las apuestas online, que en el último año han seducido a uno de cada tres, provocando en un 12 % problemas de adicción. En esta franja de edad son también muy populares las máquinas tragaperras, la ruleta, las cartas y la lotería, principal vía de entrada: hasta el 86,6 % de los chavales de entre 18 y 15 años afirma haber sellado un boleto alguna vez.
Esta modalidad, la física, es la más habitual, porque de los 20 millones de personas que juegan en España, según la encuesta, ocho de cada diez únicamente lo hace a adivinar las cifras y solo un 19 % maneja, además, otros tipos de entretenimiento de azar, entre ellos, los de la modalidad online, que de forma exclusiva acapara a un escaso 6 %. No conviene, porque sean los menos, bajar la guardia: suponen más de 1.200.000 personas y los riesgos de desarrollar ludopatía aumentan exponencialmente en el entorno digital.
Los jóvenes son especialmente vulnerables. «Están desarrollando su propia identidad y los problemas a los que se enfrenten en estas etapas primarias de la vida pueden agravarse o desplegarse de diferentes maneras en la edad adulta», señaló este viernes el ministro Alberto Garzón durante la presentación de los resultados del trabajo. Y la actual generación es, por el contexto, presa todavía más fácil de este tipo de vicios, ya que, como desarrolló el titular de la cartera de Consumo, «ha sufrido varias crisis económicas y su impacto en forma de desempleo y precariedad, por lo que expresa una realidad y una visión del mundo muy distinta a la de las personas que ahora tienen más de 40 años». La encuesta confirma, dijo, que los chicos de los barrios «más empobrecidos y con mayor índice de desempleo e incertidumbre vital» son los que más juegan. Y la estadística sugiere, añadió, que si diez de ellos entra en un salón de apuestas, uno acabará desarrollando un trastorno. No son unos recreativos, avisó; existen riesgos.
Por primera vez, además, una encuesta sobre juegos de azar ha incluido a menores de 15 a 18 años, ya que aunque legalmente no pueden acceder a ellos, sí tienen a su alcance cajas botín, una suerte de tragaperras dentro de los videojuegos que funcionan con recompensas —el arma que necesita para ganar, la herramienta o la clave con que superar el reto que tiene planteado, el paso a otras fases de la competición o el delantero FIFA que mete más goles—. Uno de cada cuatro ha accedido a ellas.
Se sabe que uno de cada cinco usuarios de videojuegos que adquiere cajas botín admite síntomas adictivos con el juego, por lo que Consumo considera estos cofres sorpresa un juego de azar encubierto. De hecho, mantiene entre sus proyectos aprobar una norma que los prohíba. Cuando se abona el cofre, la caja se abre y desvela el premio. La mayoría de veces, indica el departamento de Garzón, le sigue la decepción y el chasco, pero el juego permite volver a probar suerte con un nuevo cofre y un nuevo pago, y así hasta que se quiera o se pueda.