Su periplo televisivo incluye especiales de fin de año, programas de variedades, «Cine de barrio» y un montón de series: de «Compañeros» a «Las chicas del cable»
02 dic 2023 . Actualizado a las 17:00 h.Fue Concha Velasco, fallecida en la madrugada de este sábado, una showoman todoterreno. Puede que sus estudios durante diez años de Danza Clásica y Española en el Conservatorio Nacional la prepararan con disciplina y arrojo para lo que estaba por llegar, pero lo cierto es que la vallisoletana se manejó delante de las cámaras de televisión con una rotundidad y seguridad pasmosas, ya fuera en obras de teatro grabadas para televisión, como las que protagonizó para el mítico «Estudio 1», o como presentadora, durante tres años consecutivos, de los programas de Fin de Año, entre 1984 y 1986.
La actriz, bailarina y cantante debutó en la pequeña pantalla, a mediados de los sesenta, con obras como «La alondra» o «Don Juan Tenorio», pero fue encarnando a Teresa de Jesús, en la serie homónima, como logró que también la crítica posara su mirada en ella. Aquellas experiencias a cargo de «Viva 85», «Viva 86» y «Viva 87» le debieron gustar porque apenas unos años más tarde se arrancaba a presentar« Viva el espectáculo» (1990-1991), un espacio musical y de variedades.
Un año más tarde, con las televisiones privadas en pleno apogeo, la presentadora llegaba a Telecinco dispuesta a repetir éxitos. Lo hacía con «Querida Concha», un espacio de música, entrevistas y variedades que buscaba al público familiar y en el que la actriz se permitía acompañar sobre el escenario, y en riguroso directo, a maestros como Manolo Escobar. No fue lo único que hizo en la cadena, también presentó el concurso «Queridos padres». Sus compromisos profesionales eran tales que tuvo que rechazar proyectos tan suculentos como «Farmacia de guardia», cuya Lourdes Cano quedó para otra Concha, Cuetos.
Su paso a Antena 3, en 1993, fue más provechoso. Allí presentó el magacín «Encantada de la vida» y luego rodó series como «Yo, una mujer» (1996), a las órdenes de Ricardo Franco, además de colaborar un año después en la serie «Compañeros» (1998) y sustituir a Isabel Gemio al frente de «Sorpresa, sorpresa» (1999).
Regreso a TVE
Diez años después de su salida de TVE regresaba a la que había sido su casa para hacerse cargo del espacio «Tiempo al tiempo», un magacín de corte inicialmente nostálgico, que acabó convirtiéndose en un programa dedicado a la crónica negra y rosa del momento. La propia Velasco llegó a reconocer que participaba en programas como ese para financiar buena parte de sus proyectos teatrales. Repitió en La 1 con un programa mucho más amable, «Mi abuelo es el mejor» (2006), que fue retirado a los pocos días por su baja audiencia. Para entonces ya había vuelto a tocar el éxito con otra serie, «Motivos personales» (2005), en Telecinco. No le fue mal tampoco con «Herederos» (2008), de nuevo en TVE, donde daba vida a Carmen Orozco, papel que le valió un premio de la Unión de Actores, e incluso encarnó a Dorothy en la fallida versión española de «Las chicas de oro».
Un año más tarde, Concha tomaba las riendas de «Cine de barrio», el programa que a menudo posaba su mirada en las comedias que ella misma había protagonizado al inicio de su carrera como Conchita Velasco. Nueve años permaneció al frente de este espacio. Nueve años en los que siguió compaginando su labor como presentadora con sus trabajos como actriz. De «Gran Hotel» a «Bajo sospecha» y, de ahí, a «Velvet». Para entonces ya era la musa de Ramón Campos, que pensó en ella cuando desarrolló «Las chicas del cable» para Netflix. Aquella pérfida doña Carmen, presente en las cinco temporadas del serial (2017-2020), es un excelente punto y final a una carrera televisiva marcada por la profesionalidad.