La Fundación Amancio Ortega ha aportado 280 millones de euros para instalar diez equipos en varias comunidades, incluida Galicia
03 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La Fundación Amancio Ortega Gaona y el Ministerio de Sanidad —con las consejerías competentes en materia de salud del País Vasco, Cataluña, Galicia, Andalucía, Valencia, Canarias y Madrid— firmaron el pasado 4 de diciembre el convenio para la implantación de la protonterapia en el sistema nacional de salud, a través del cual la entidad privada aporta 280 millones de euros.
Se trata de un paso imprescindible para llevar a término un contrato formalizado hace ahora un año, mediante el cual se implantarán diez equipos de protonterapia, un tipo de tratamiento de radioterapia contra el cáncer más efectivo y localizado, que tiene menos efectos secundarios para el paciente y es ideal para tumores sólidos localizados cerca de órganos críticos del cuerpo.
Las máquinas financiadas por la Fundación Amancio Ortega son enormes aceleradores de partículas, con un peso similar al de un Boeing 757, serán instaladas por la empresa Ion Beam Applications SA, una compañía de tecnología médica con sede en Bélgica, fundada por un investigador de la Universidad de Lovaina y cuenta con una sucursal en España.
Los diez equipos de protonterapia se instalarán en siete comunidades, entre ellas Galicia, y darán respuesta a las necesidades de tratamiento de todo el ámbito sanitario nacional. Su puesta en marcha se hará, previsiblemente, en cuatro años, aunque Galicia anunció en su momento que se adelantará a ese plazo, ya que prevé tener en funcionamiento a principios del 2025 el acelerador que atenderá a los pacientes con cáncer de la comunidad y de otras limítrofes del norte. Está previsto que atienda a pacientes no solo del Sergas, sino también de Asturias, buena parte de Castilla y León y, posiblemente, Portugal.
El equipo que dará servicio a Galicia se instalará en Santiago, en el antiguo Hospital Gil Casares, junto al Complejo Hospitalario Universitario (CHUS). El Centro Galego de Protonterapia podría ser el primero público de este tipo que se pone en marcha en España, y el equipo de arquitectos de Alberto Quintáns y Cristina Ansede fue el encargado de redactar el anteproyecto, en el que se recoge la necesidad de que sea un espacio amable y acogedor, ya que en el se dará tratamiento a niños.
El bloque en el que se ubicará el ciclotrón que permitirá acelerar las partículas para obtener protones es una estructura de cien toneladas de peso que se protegerá con un armazón de hormigón. Se alojará en un edificio con una superficie de dos mil metros cuadrados, cuyo coste, superior a los siete millones de euros, asumirá la Xunta, al igual que el del personal y el mantenimiento. El aparato, que cuesta unos 28 millones de euros, está financiado por la Fundación Amancio Ortega Gaona.
Los diez centros
El resto de los centros de protonterapia que se instalarán en España estarán en Madrid (2), Cataluña (2), Andalucía (2), Comunidad Valenciana, Canarias y País Vasco. El plan para su puesta en marcha consta de cuatro fases: diseño y ordenación general, realización del proyecto y ejecución de las obras (entre 18 y 24 meses), la implantación de los equipos (doce meses) y la puesta en funcionamiento y uso en pruebas (seis meses). Esta última fase incluye un plan de formación para los profesionales que harán uso de las máquinas y la concesión de las autorizaciones.
El tratamiento con protonterapia es una modalidad de radioterapia que utiliza protones en vez de rayos X o electrones, por lo que la radiación se libera de forma más localizada. Esto hace posible que la dosis sea más precisa y dañe menos el tejido circundante, lo que es de vital importancia para los pacientes pediátricos con cáncer. Hasta ahora España era uno de los pocos países avanzados de Europa —junto a Portugal y Grecia— donde esa tecnología aún no se utilizaba en los hospitales públicos, aunque sí existe el servicio en centros privados como el Quirón Salud en Madrid y en la Clínica Universitaria de Navarra. Por eso, unos mil pacientes (sobre todo niños) se derivan al año a otros países para ser tratados.
Una terapia «con un futuro extraordinario»
Los beneficios clínicos y la baja toxicidad convierten la protonterapia en un tratamiento con «un presente y un futuro extraordinarios», según resaltó el director científico de la Unidad de Protonterapia del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN), el doctor Felipe A. Calvo, durante un encuentro científico celebrado en la Real Academia Nacional de Medicina. En su intervención, el experto destacó los beneficios dosimétricos y clínicos de la protonterapia, sus ventajas evidentes minimizando la radiación innecesaria de tejidos y órganos sanos cercanos al tumor, así como la experiencia positiva en la calidad de vida de los pacientes tratados y la limitación del desarrollo de nuevos tumores tardíos en la zona expuesta a irradiación.
Así, el doctor Calvo subrayó la «firme evidencia» de la ventaja de la protonterapia frente a la radioterapia con fotones o electrones en pacientes oncopediátricos, ya que «protege la neurocognición en el caso de tumores cerebrales, y potencia la tolerancia hematológica evitando significativamente la radiación de la sangre circulante, lo cual protege la autodefensa del paciente. Además, la radiación con protones «evita significativamente la aparición de nuevos tumores», y eso es «especialmente prometedor para evitar exponerlos a nuevos procesos oncológicos que requieran tratamiento activo y por tanto la vida y la calidad de vida de los niños largos supervivientes de cáncer». En pacientes adultos, el doctor Calvo ha resaltado la calidad de esta alternativa a la radiación tradicional, especialmente frente al cáncer de próstata, de mama y de esófago. Entre las ventajas más sobresalientes, ha mencionado la reducción de la exposición a radiación no necesaria sobre órganos como el corazón, los pulmones, el recto o la vejiga.
Según el doctor Calvo, «en estos momentos hay 150 unidades de protonterapia en todo el mundo. Hay 33 en construcción y otras 44 planificadas, entre ellas, las diez que se pondrán en marcha en el Sistema Nacional de Salud gracias a la generosidad de la Fundación Amancio Ortega». «La protonterapia crece, y crece porque el beneficio es evidente para la práctica clínica optimizada, por la precisión geográfica en el depósito de la radiación. Su eficiencia es aplaudida por pacientes y por profesionales», ha señalado.