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Carlos III ingresa en el hospital para operarse de la próstata

Martín Bastos

SOCIEDAD

HANNAH MCKAY | REUTERS

El rey británico será intervenido en la misma clínica en la que lleva días su nuera, la princesa Catalina, por una misteriosa cirugía abdominal

26 ene 2024 . Actualizado a las 11:27 h.

El rey Carlos III ha ingresado en una clínica de Londres para someterse a un tratamiento por un problema de agrandamiento de próstata, tal como había adelantado la semana pasada el Palacio de Buckingham, que no ha aclarado cuánto tiempo permanecerá el monarca en el hospital. Eso sí, al parecer, podría ser más largo de lo esperado

La Casa Real describió como «benigna» su situación, recordando que se trata de un problema «común» entre hombres que han alcanzado cierta edad -el monarca tiene 75 años-. No obstante, el tratamiento sí obligará al rey a paralizar su agenda oficial, al menos durante un «corto» período de tiempo.

Carlos III ha ingresado en la misma clínica donde la semana pasada ya fue internada su nuera, la princesa Catalina de Gales, para una cirugía de la que no han trascendido detalles. Según fuentes consultadas por la BBC, el monarca ha aprovechado para visitar a la esposa del príncipe Guillermo antes de acudir a su propia cita.

En el caso de Catalina, la Casa Real se ha limitado a decir que fue una intervención «planeada» y «exitosa», al tiempo que ha pedido respeto a la privacidad de la familia. Su recuperación, no obstante, sí será más larga, hasta el punto de que no se prevé que retome la agenda pública hasta después de Semana Santa.

A este comienzo de año con mal pie en el tema de la salud se une el reciente diagnóstico que recibió Sarah Ferguson, exmujer del príncipe Andrés y excuñada de Carlos III. La duquesa de York se enteró en plenas Navidades que sufre cáncer de piel.

Apenas seis meses después de haber sido tratada de un cáncer de mama, la expareja del príncipe Andrés y madre de Beatriz y Eugenia de York se sometió a una revisión de lunares y varios de ellos le fueron extirpados. Al ser analizados, uno de ellos reveló un melanoma maligno. Ferguson, de 64 años, ha dado las gracias a través de su portavoz a todo el equipo médico que la ha apoyado, en particular a su dermatólogo, «cuya vigilancia garantizó que la enfermedad fuera detectada en el momento en que se produjo».

La duquesa de York se mantiene tranquila y de «buen humor», han señalado fuentes de su entorno a los tabloides británicos. «Está siendo sometida a más pruebas para garantizar que esto se haya detectado en las primeras etapas», ha añadido su portavoz. La propia Sarah Ferguson hablaba abiertamente hace unos meses, tras su mastectomía, de lo que había supuesto para ella un diagnóstico como el de entonces y de la importancia de someterse a revisiones periódicas. «Empiezas a pensar en tu propia muerte. Es una llamada de atención y tienes que empezar a pensar: ¿Cómo voy a lidiar con esto?», se sinceró. «No me importa si nadie quiere oírme, le digo a la gente que se haga las pruebas», añadió.