El hospital de Vigo implanta dos electrodos en el cerebro a una mujer de 51 años
16 feb 2024 . Actualizado a las 22:29 h.Una mujer de 51 años con un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) que no respondía a ningún tratamiento fue operada recientemente para implantarle dos electrodos en el cerebro con el objetivo de intentar curarla. Esta es la primera intervención quirúrgica que se hace en Galicia para tratar un TOC. La mujer fue intervenida el 30 de enero en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo y evoluciona bien.
«El problema del TOC es que cuando no responde a nada, ni a distintos fármacos ni a psicoterapia, es muy incapacitante, es una de las diez enfermedades más incapacitantes», explica el neurocirujano Pablo Sousa, que coordinó la intervención, «el paciente no puede ni salir de su casa por miedo a contaminarse o a que le pase algo terrible». Era, por lo tanto, un caso grave en el que todas las terapias había fracasado.
Esta técnica quirúrgica empezó a utilizarse en Estados Unidos hacia el 2009, solo como terapia de último recurso. Desde entonces se fue extendiendo y hay ocho hospitales en España que la practican. Consiste en implantar dos electrodos en áreas cerebrales profundas. «En el cerebro hay un circuito en forma de bucle que conecta la corteza cerebral con dos núcleos de la profundidad, el núcleo estriado y el del tálamo», detalla el neurocirujano. Este circuito está afectado y por eso el paciente tiene pensamientos intrusivos (obsesiones) y se siente obligado a repetir determinados comportamientos para controlar sus miedos (compulsiones).
La terapia se basa en estimular constantemente ese circuito mediante impulsos eléctricos para controlar las áreas que están demasiado estimuladas. «Al enviar impulsos inhibes zonas que están demasiado excitadas y haces que otras zonas vayan desarrollándose, para restaurar el equilibrio», explica el médico.
Es como un marcapasos, pero a nivel cerebral. La paciente porta una batería en la clavícula, bajo la piel. Este aparato se conecta con un cable a los dos electrodos, que se implantan en una zona cerebral de alta concentración de fibras nerviosas. El aparato emite un pulso a 130 hercios (ciclos por segundo).
«A diferencia de otras, las funciones del comportamiento, la memoria o el circuito de recompensa están repartidas entre los dos hemisferios del cerebro», aclara Pablo Sousa. Por eso se coloca un electrodo en cada hemisferio.
La mujer operada no ha tenido ninguna secuela y se recupera favorablemente, pero todavía es pronto para saber si el tratamiento ha sido efectivo. El neurocirujano dice que el 70 % de las personas operadas responden de alguna manera y recuperan funcionalidad. Si a la primera no funciona, hay varias posibilidades, porque cada electrodo tiene ocho puntos de contacto y se pueden programar para que los pulsos eléctricos los emitan solo algunos de ellos, de forma que si el tratamiento no es eficaz en un sitio, quizás lo sea en otro.
La técnica todavía no se ha incluido en la cartera de servicios de manera reglada. El Servizo Galego de Saúde tiene que autorizar cada caso. Al servicio de neurocirugía del hospital de Vigo le gustaría ser el centro de referencia en Galicia para estos casos, igual que el de Santiago lo es para las operaciones en personas con párkinson, una técnica que también se basa en la implantación de neuroestimuladores.
El Sergas estima que hasta un 2 % de la población puede padecer TOC, si bien el rango de sintomatología es muy amplio, desde ciertos rasgos hasta un trastorno realmente incapacitante.