Este sábado se espera una nueva jornada de chaparrones, aunque la cota de nieve irá subiendo
24 feb 2024 . Actualizado a las 13:35 h.El mal tiempo de las últimas horas en Galicia perfectamente podría calificarse como el «invierno de toda la vida». La borrasca Louis ha generado todas las situaciones propias de un temporal de libro. La descarga de aire polar ha provocado la nevada más intensa del año, al menos en lo que se refiere a la cantidad de nieve que se ha acumulado en las montañas de Lugo y Ourense. Tampoco tiene demasiado mérito ya que el 2024 está siendo bastante cálido y la nieve brilla por su ausencia desde comienzos de la estación. Y no solo en la comunidad gallega, sino en toda la Península. La cobertura nivosa de los Pirineos se encuentra en mínimos históricos.
El día invita hoy a disfrutar de un hidrometeoro que cada vez resulta más complicado de ver. Sin embargo, cualquier plan para ir a la montaña gallega debe tener en cuenta que la influencia de Louis no ha finalizado. Ayer la Diputación de Lugo ya tuvo que desplegar un dispositivo en más de 70 carreteras provinciales de once concellos para mantener operativas las carreteras. Durante la primera mitad de este sábado llegará aire gélido desde el polo norte que provocará más inestabilidad. Se esperan chaparrones generalizados y nuevas nevadas a partir de los 800 metros. Por la tarde, el viento rolará de suroeste a noroeste. El aire será más cálido y la cota ascenderá hasta los 1.200 metros.
En la costa, la noticia han sido las grandes olas que ha provocado la situación de mar combinada del noroeste asociada a la visita de la borrasca. Hoy también seguirá activo el aviso rojo en todo el litoral por olas que podrán alcanzar ocho metros. Para aquellos que quieran presenciar la furia del Atlántico desde alguno de los paseos marítimos de la comunidad deberán tener especial cuidado en el momento de la pleamar, previsto entre las 16.20 y las 16.40 horas.
A partir de mañana, el tiempo seguirá comportándose justo como debería. Un nuevo sistema de bajas presiones dejará lluvias en toda la comunidad por la tarde, más intensas en la mitad oeste. Tras el paso del frente llegará más aire frío de origen polar. La cota acabará la jornada en torno a los 800 metros y las temperaturas descenderán.
A partir del martes, la influencia del anticiclón de las Azores se refuerza. Esto evitará que las borrascas puedan afectar de manera directa a Galicia. Sin embargo, el matiz viene de la mano del viento. La circulación del aire será del noroeste durante el resto de la semana. Esta configuración garantiza inestabilidad y bajas temperaturas.
Poca lluvia para el resto de España
La Agencia Estatal de Meteorología publicó ayer una previsión del tiempo para las próximas tres semanas. Dado que buena parte de España sigue en una situación de sequía, los pronósticos a largo plazo aportan una información muy valiosa. Sin embargo, las noticias no invitan al optimismo.
Según la Aemet la próxima semana «continuará la circulación atlántica con el paso de frentes. Las precipitaciones serán abundantes y persistentes en el norte peninsular, aunque conforme avance la semana irán disminuyendo la cantidad y la intensidad de las mismas». Es decir, más agua para el norte y poca para el resto. La tendencia hasta finales de marzo mantiene esta misma situación.
La evolución de la sequía en España entrará en unas semanas en su momento más decisivo. En cuanto arranque la primavera habrá comenzado un período trascendental para tratar de superar el déficit de agua. Basta mencionar que el refrán «abril, aguas mil» se aplica al este, pero no al noroeste. En Cataluña, por ejemplo, abril es el cuarto mes más lluvioso del año, pero prácticamente empatado con el tercero, septiembre.
Si en primavera la precipitación aumenta en el resto de España mientras desciende en Galicia se debe a que cambia el tipo de lluvia, de frontal a convectiva. La principal fuente de agua en la comunidad gallega proviene de las borrascas atlánticas que riegan con generosidad el noroeste peninsular a través de los frentes que llevan asociados. Las borrascas se forman por la interacción de las masas de aire de diferente temperatura que se mezclan en las latitudes medias. Por su situación geográfica, Galicia es la puerta de entrada de esos frentes.
A partir de marzo aumenta la radiación solar en el hemisferio norte y el astro rey calienta con más intensidad la superficie terrestre. Esto implica menos aire frío de origen polar que alimenta las borrascas. Por eso se reduce la lluvia en Galicia.
Sin embargo, en el resto de España el calentamiento progresivo despierta a la vegetación y aumenta la evapotranspiración. Es decir, las plantas liberan una humedad al ambiente que se convierte en una fuente extra para generar precipitación. Por otra parte, el calentamiento terrestre primaveral propicia condiciones de tormenta. El aire cálido asciende y a una determinada altura se enfría y produce nubes de desarrollo vertical que generan precipitación.