Los pequeños dieron una lección de ecologismo con cuatro días de plantación
25 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Las nuevas generaciones son el futuro de la sociedad, la semilla del mundo del mañana. Por eso en los centros educativos cada vez se hacen más esfuerzos para que los alumnos sean conscientes de la importancia de cuidar del medio ambiente. Para mirar de frente esta asignatura pendiente, el colegio Santa Irene de Porto do Son lleva desde 2017 colaborando con el programa Voz Natura, que concedió al centro la celebración del acto central del Día del Árbol.
El proyecto que desarrollan los sonenses consiste en la reforestación de una superficie total de 16.000 metros cuadrados, 12.000 en Montemuíño y 4.000 en el lugar de Noal. Las actividades se reforzaron este mes con motivo del Día de Árbol, fecha que aunque cae el 21 de marzo de cada año, los pequeños empezaron a celebrar el pasado martes 13.
Parece que no, pero los cuarenta pares de manos de los participantes fueron capaces de plantar, en tan solo cuatro jornadas, un total de 170 árboles que además de engrosar la masa forestal sonense, suponen una medida contra los incendios, pues el proyecto incluye la sustitución de especies pirófitas por otras más seguras como los robles o los frutales.
Para cumplir sus objetivos, además del respaldo de Voz Natura, el colegio Santa Irene ha contado con el apoyo de la Xunta de Galicia, que cedió castaños, carballos americanos y cerezos, así como del Concello de Porto do Son, que hizo lo suyo con almendros, nogales y avellanos y se encargó de la limpieza de los espacios en los que trabajaron los niños.
El broche final de la semana de trabajos a favor del ecologismo fue la jornada de este jueves, en la que los alumnos se trasladaron a los aledaños del local de la comunidad de montes de Noal. Allí pasaron la mañana adecentando este espacio, que aunque en la actualidad es un agradable campo lleno de árboles gracias al trabajo de los niños, hasta hace unos años era un barrizal. «Todo isto era terra descuberta, nin céspede había», explica Suso Rodríguez, docente y coordinador del programa Voz Natura en la escuela.
Trabajo en equipo
La parte de arriba de la finca fue la escogida para sacar las primeras paladas de tierra. Y allí estaba, en primera fila, Carlos, un alumno de infantil al que no le daba miedo coger el sacho en la mano. Por seguridad, el pequeño contó con la ayuda de un asistente muy especial, su padre, Francisco Santos: «Aquí temos que botar unha man todos». No muy lejos de allí, mirando atentamente, estaba Laura, una alumna de sexto más que experta en plantaciones gracias a las tardes en la huerta de su abuela. «Gústame moito todo, excepto ir ás patacas, hai que baixar demasiado o lombo», sentencia con humor.
El gran protagonista fue Thiago, un pequeño al que no lo para ni la más fuerte de las paredes. Aunque sufre atrofia muscular espinal desde que nació, eso no supuso un impedimento para él, que participó en la plantación ayudando a sus compañeros a sujetar los árboles mientras ellos manejaban las herramientas. Con la ayuda de su cuidadora, el muchacho utilizó con soltura el sacho para hacer un agujero en el que colocar, esta vez en la parte de arriba de la finca, un nuevo árbol.
La entretenida mañana contó con la presencia del concejal de Medioambiente del Concello de Porto do Son, Juan José Calo, que puso de manifiesto que «non hai mellor maneira de coidar do noso patrimonio que que o fagan os propios nenos». También estuvo allí el alcalde, Luis Oujo, que no dudó en reconocer el increíble trabajo de recuperación llevado a cabo por los pequeños: «Estano convertendo nun lugar para xogar na natureza».
Todas estas actividades se enmarcan en el proyecto Voz Natura, un programa de La Voz de Galicia desarrollado por la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre que cuenta con el patrocinio de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, la Deputación, las fundaciones Alcoa y Ramón Areces y El Corte Inglés.