«Documaster» emite en La 2 la serie «Los señores del Reich» (miércoles, 22.00 horas)
29 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Los dirigentes nazis tuvieron claro desde el principio que para poder triunfar en la Alemania traumatizada después del desastre de la Primera Guerra Mundial debían seducir a un pueblo herido en el orgullo y en su economía. El mejor camino era la propaganda, que usaron y perfeccionaron al máximo. Y una de las herramientas era un medio de comunicación y de entretenimiento que todavía estaba en pañales: el cine. Los nazis, con Joseph Goebbels y su oficina de propaganda, comprendieron que debían acercar a su líder. La organización, una maquinaria perfectamente engrasada, se puso manos a la obra.
De esta manera, un cabo austríaco que fue pintor frustrado se convirtió en el líder de Alemania y en uno de los mayores genocidas del planeta. Adolf Hitler sabía cómo moverse delante de las cámaras y qué decir. Unas palabras que nadie escuchaba a través de ese cine sin palabras, pero que casi un siglo después una serie documental ha puesto voz gracias a la inteligencia artificial (IA). Los señores del Reich muestra algunas de las charlas que mantenían los jerarcas nazis en mítines, encuentros internacionales o en situaciones más distendidas en Berghof, el Nido del Águila. «¿Para qué grabas a un viejo como yo?», le pregunta Hitler a Eva Braun, su pareja, en la casa de descanso de los Alpes bávaros. La serie está dividida en cuatro capítulos que emite Documaster (miércoles, 22.00 horas, La 2) y cuyas dos primeras entregas ya se pueden ver en la plataforma RTVE Play.
Todo el poder
Los historiadores explican las escenas traducidas, como situaciones cotidianas de las fuerzas de asalto (SA) a principios de los treinta. «Ahora hacemos como que estamos trabajando», señala en un montaje uno de los cabecillas mientras un joven Heinrich Himmler entrega un informe. O también cómo el partido nazi movió toda su maquinaria en las elecciones de 1932 mostrando a Hitler como un líder moderno que se movía en avión. «El vuelo ha estado bien. Ha sido cómodo», apunta Hitler a sus acompañantes. Entre ellos, por supuesto, un cámara.