Veinte años de la muerte de Carmina Ordóñez: el adiós trágico de la reina de las exclusivas

La Voz REDACCIÓN

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Imagen de archivo de Carmiña Ordóñez
Imagen de archivo de Carmiña Ordóñez Europa Press

Hija por ambos lados de una saga de toreros, fue famosa desde la cuna. El 23 de julio del 2004, una amiga encontraba su cuerpo sin vida en la bañera de su domicilio. Aunque sus hijos mantuvieron en secreto el resultado de la autopsia, poco a poco han ido trazando un perfil sobre los últimos años de su madre

19 jul 2024 . Actualizado a las 12:34 h.

Fue durante décadas una de las reinas del papel couché. Vigilada por las cámaras, con una imagen impactante y una forma de expresarse que todavía llamaba más la atención, la vida de Carmina Ordóñez se apagó demasiado pronto.

Apodada «la Divina», su vida se apagó el 23 de julio del 2004 cuando su cuerpo apareció sin vida en la bañera de su domicilio en Madrid. Fue su amiga Eva Carreño quien la encontró a mediodía, pero su muerte se certificó a las ocho de la mañana. En la casa, la televisión estaba encendida, el agua del grifo corriendo y había sustancias en el inodoro. A pesar de la conmoción social, sus hijos quisieron mantener en secreto el resultado de la autopsia, aunque con el paso de los años cada vez se han conocido más detalles. Ya en aquel momento se habló de un posible accidente, pero también del consumo de sustancias o incluso de su frágil salud mental.

Carmina Ordóñez se despedía así con 49 años, cumpliendo además su profecía. «No voy a llegar viva a los 50», decía la socialité. Le faltaba solo mes y medio para cumplir el medio siglo.

Famosa desde que nació

Carmen o Carmuca, como la llamaba su familia, o Carmina para la prensa, nació 1955. Bautizada como Carmen Cayetana, fue fruto de una de esas mezclas con toda la solera del ruedo, la de Antonio Ordóñez y Carmen Dominguín (hermana de Luis Miguel Dominguín, padre de Miguel Bosé) y solo tuvo una hermana, Belén, con la que apenas se llevaba un año.

Fueron dos niñas entre algodones, educadas en el Liceo Francés y entre celebridades en su día a día, como Hemingway u Orson Welles.

Las hermanas fueron confidentes hasta el último día. Juntas sobrellevaron la muerte prematura de su madre. También el cáncer de Belén, que sobrevivió ocho años a Carmen, pero que lamentó durante todo ese tiempo haber perdido a su mitad.

Imagen de archivo de Belén Ordóñez
Imagen de archivo de Belén Ordóñez

Su matrimonio con Paquirri

Aunque los Ordóñez Dominguín eran una piña, Carmina desafió a sus padres muy pronto. Ella, que ya llamaba la atención por su belleza, y con solo 17 años, se casó el 16 de febrero de 1973 con el torero de moda, Francisco Rivera, Paquirri, de 24. Ambos se conocían desde niños, pero la chispa surgió en un festival taurino. 

Carmina Ordóñez y Paquirri se casaron en Madrid ante 1.500 invitados, entre los que estaban desde Lola Flores a Carmen Sevilla. El aluvión de gente fue tal que el novio llegó tarde, pero también la madre de la novia Carmen Dominguín y su propia hermana, Belén, que se perdieron el sí quiero. 

De esa unión, que duró hasta 1979, nacieron dos niños; en 1974, Francisco, y en 1977, Cayetano.

Tras el divorcio, Carmina se sintió libre. «La Divina» no estaba hecha para una vida tradicional y en el campo. «La libertad que Carmen no tenía casada, aparece cuando se separa», explicó su amiga Charo Vega, en Lazos de Sangre, este miércoles en La 1.

Paquirri, que hizo una última intentona para reconquistar a Carmen, se volvió a casar, en 1983, con Isabel Pantoja. Al año siguiente murió por causa de una cogida en Pozoblanco. Fue el inicio de una guerra por la herencia. Paquirri le dejó el 40 por ciento de su patrimonio a sus hijos Francisco y Cayetano. Su abuelo, Antonio Ordóñez, también luchó para que sus dos nietos pudieran tener los bienes de su padre. Un capítulo sin cerrar porque Fran y Cayetano siguen reclamándole objetos personales y profesionales de su padre a su viuda, Isabel Pantoja.

Carmina, con su hijo mayor, Fran Rivera
Carmina, con su hijo mayor, Fran Rivera

Su nueva vida

Con la separación del torero, a la vida de Carmina llegó Antonio Arribas, con quien se introdujo en las fiestas de la jet set de Marbella ya que él era especialista de cine y animador de aquellas noches de fantasía. Fue un idilio breve que hizo de puente hacia otra de sus grandes relaciones. «Fue una persona que me ayudó muchísimo cuando yo me separé. Encontré una tabla de salvación», le contó a María Teresa Campos en una entrevista en televisión en 1995.

En 1984, Carmen contrajo matrimonio en Miami con el cantante Julián Contreras, con quien ese mismo año tuvo a su tercer hijo, Julián. Cuatro años más tarde se casaron por la iglesia con su hijo Fran y Lolita como padrinos. Fueron 10 años de unión, en los que Carmen se enamoró de Marrakech, su refugio, antes de que la socialité entrase en sus relaciones más problemáticas.

Con Pepe, el Marismeño, haciendo el Rocío
Con Pepe, el Marismeño, haciendo el Rocío

Tras separarse de Julián Contreras en 1994, llega a su vida un cantante 20 años más joven, Pepe, el Marismeño. Se conocieron haciendo el Camino del Rocío. Una relación recordada por los excesos.

Con todo, lo peor estaba por venir. Carmina se casó en 1997 con el bailaor Ernesto Neyra. Fue una relación de apenas dos años, muy mediática, que terminó con un testimonio que siempre será recordado. Tras una auténtica batalla entre ambos en los platós, Carmen Ordóñez se planta en televisión con un ojo morado (foto en su casa incluida) asegurando que se había caído en la ducha. Tiempo después, denunció a Ernesto Neyra por violencia de género, pero prácticamente nadie la creyó. El juzgado desestimó la acusación bajo el argumento que la agresión no se denunció en el momento en el que había sucedido.

Junto a Ernesto Neyra en «Tómbola»
Junto a Ernesto Neyra en «Tómbola»

Neyra, que siempre lo negó, se convirtió en una clásico de los platós hasta desaparecer del ojo público. Otra de sus esposas, Lely Céspedes también le acusó de malos tratos e incluso estuvo en prisión tras haber dejado de pagar la pensión de sus hijos. 

«Yo nunca jamás me hubiera podido imaginar que un hombre le pudiera poner la mano encima a mi madre», dijo su hijo mayor, Francisco Rivera en una entrevista en el 2023 en ¡De Viernes!, en Telecinco.

Sus últimos años

Aunque nunca dejó las portadas de las revistas -inolvidable es su imagen como madrina de su hijo Fran en la boda con Eugenia Martínez de Irujo- sus últimos años los pasó como colaboradora de televisión y haciendo reflexiones que sorprendieron a muchos. En el año 2002, «la Divina» reconoció haber ingresado en varias ocasiones en clínicas de rehabilitación por su adicción a los somníferos. 

Faltaban solo dos años para su fallecimiento y era evidente que la hija de Antonio Ordóñez no pasaba por su mejor momento.

 El final

Aunque las especulaciones sobre su muerte aquel 23 de julio del 2004 abarcaron todas las hipótesis, los hijos de Carmen Ordóñez protegieron la privacidad de «la reina de las exclusivas» en su final. Nunca se hizo pública su autopsia, por lo tanto los motivos de su muerte, pero su hijo Fran Rivera desvelaba todas las claves en diciembre del 2023 en Telecinco. «El no poder vivir ese momento tranquilo, fue tremendo. Esa época de la prensa fue muy dura, no respetaban nada», recordó el torero sobre su madre, de la que aseguró que «había sido mala» para ella misma. 

Fran Rivera admitía en esa entrevista los problemas con las drogas que había tenido Carmina. «La droga es una enfermedad terrible. En la casa que entre, la destroza. Nunca he querido hablar de ello y he decidido que esta experiencia terrible la vamos a empezar a usar para ayudar a alguien. La primera persona a la que he ayudado es a mi hija. Le he dicho: 'Cayetana, lo que tú quieras, menos las drogas. Tu abuela era así y murió por ello», dijo en ¡De Viernes! confirmando el secreto a grtiso sobre la trágica historia de una mujer que vivió demasiado rápido y murió también demasiado pronto.