Un grupo de investigadores logran un gran avance para desarrollar una vacuna contra la leishmaniasis

La Voz MADRID / EUROPA PRESS

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Los insectos coloquialmente llamados moscas de arena han permitido el desarrollo de ensayos clínicos con formas más leves de leishmaniasis.
Los insectos coloquialmente llamados moscas de arena han permitido el desarrollo de ensayos clínicos con formas más leves de leishmaniasis. iStock

El estudio logra un «nuevo enfoque para probar medidas preventivas» en una enfermedad aún sin medicamentos que eviten la infección

12 ago 2024 . Actualizado a las 13:34 h.

Un equipo de la Universidad de York y la Facultad de Medicina de Hull York (Reino Unido) han desarrollado una forma nueva, segura y efectiva de infectar a voluntarios con el parásito que causa la leishmaniasis y medir la respuesta inmune del cuerpo, acercando un paso más una vacuna para esta enfermedad tropical desatendida, según los resultados del estudio publicado en Nature Medicine.

El estudio contó con la participación de 14 voluntarios, que fueron expuestos a moscas de arena (concretamente flebótomos) infectados con una especie de parásito que causa una de las formas más leves de leishmaniasis. Los investigadores siguieron el desarrollo de la lesión en el lugar de la picadura del insecto para evaluar el progreso de la infección y luego terminaron la infección mediante una biopsia de la piel. A continuación, los científicos estudiaron la biopsia para examinar las respuestas inmunitarias en el lugar de la infección.

Este nuevo e importante enfoque utiliza la transmisión natural por medio de la mosca de arena para iniciar la infección y tecnologías de última generación, lo que permite a los investigadores rastrear la infección y la respuesta inmune del cuerpo en tiempo real. El modelo acelerará los esfuerzos para probar nuevas vacunas y comprender cómo surge la inmunidad a la infección.

Los estudios de infecciones humanas controladas, en los que los voluntarios están expuestos a pequeñas cantidades de microbios que causan enfermedades, desempeñan un papel vital al permitir a los científicos proporcionar evidencia de la seguridad y eficacia de nuevas vacunas, pero su uso en la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas ha sido limitado.

La leishmaniasis es causada por una infección con parásitos microscópicos de Leishmania que se transmiten a la piel durante la picadura de un flebótomo infectado. La enfermedad afecta a más de un millón de personas cada año, y la mayoría desarrolla una úlcera que cicatriza lentamente en el lugar de la infección. Aunque la úlcera finalmente se cura, la cicatriz tiene un impacto significativo en la calidad de vida, especialmente en mujeres y niños y cuando la infección se presenta en el rostro.

Actualmente no existen vacunas ni medicamentos para evitar que las personas se infecten con leishmaniasis, en parte debido a las dificultades y los costos asociados con la realización de ensayos clínicos en los países donde estas enfermedades son más comunes.

El investigador principal, el profesor Paul Kaye de la Facultad de Medicina Hull York de la Universidad de York, ha asegurado que este estudio «proporciona un nuevo enfoque para probar vacunas y medidas preventivas contra la leishmaniasis de forma rápida y rentable. También nos permite aprender más sobre cómo nuestro sistema inmunitario combate la infección».

Los investigadores ahora esperan utilizar su modelo para diseñar ensayos clínicos con el fin de probar una vacuna desarrollada en la Facultad de Medicina de Hull York, junto con otras vacunas candidatas que estarán disponibles en el futuro. Los modelos de infección humana controlada ya se han utilizado para respaldar el desarrollo de vacunas contra el cólera, la malaria, la gripe, el dengue y, más recientemente, el covid-19.