La familia de Caritina Goyanes, unida por el dolor en el último adiós a la empresaria

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

SOCIEDAD

La hija mayor de Carlos Goyanes y Cari Lapique moría este lunes a los 46 años a causa de un infarto de miocardio. El fallecimiento tenía lugar solo 19 días después de la despedida a su padre. La empresaria, que disfrutaba de unas vacaciones en Marbella, se sintió indispuesta días antes y fue su hijo mayor, de 13 años, quien dio la voz de alarma tras el desmayo de su madre en la piscina

27 ago 2024 . Actualizado a las 17:33 h.

La tragedia ha golpeado de forma terrible este mes de agosto a la familia Goyanes Lapique. Este lunes se conocía el fallecimiento repentino por un infarto de la hija mayor del matrimonio. Caritina Goyanes moría a los 46 años en Marbella por causa de un infarto, solo 19 días después de la despedida a su padre, el empresario Carlos Goyanes, a los 79, y apenas un día después de la muerte de su tío, Tito. 

La muerte de Caritina sorprendía a su madre, Cari Lapique, pasando unos días en Mallorca. Un tiempo de descanso junto a su hermana Miriam, para intentar superar la pérdida de su esposo. Según informa Europa Press, la socialité viajaba ayer de urgencia a Málaga para trasladarse a la capilla ardiente de su hija, instalada en el tanatorio de San Pedro de Alcántara.

Allí, la prensa y los allegados fueron testigos de la dura escena del interminable abrazo entre Carla Goyanes, hermana de la fallecida, su viudo, Antonio Matos, y los hijos de la pareja, Pedrito y Minicari, de 13 y 10 años.

Carla Goyanes, hermana de la fallecida, y su marido Jorge Benguria, a su llegada en la noche del lunes al tanatorio
Carla Goyanes, hermana de la fallecida, y su marido Jorge Benguria, a su llegada en la noche del lunes al tanatorio Juan Carlos Domínguez | EFE

Tras una durísima noche en el tanatorio, este mismo martes por la mañana se ha celebrado el funeral en memoria de la empresaria en la Iglesia de Guadalmina antes de que sus restos mortales sean trasladados a Madrid. Su madre, hermana y marido han llegado juntos y unidos por el dolor.

La ermita se ha quedado pequeña para acoger a los allegados de la familia que se han acercado hasta Marbella. De hecho, unas 500 personas han tenido que seguir la misa desde el exterior, pese a las altas temperaturas. La ceremonia ha dado comienzo a las 11:30 horas y ha durado aproximadamente una hora.

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La madre de Caritina, devastada, ha estado arropada en todo momento por su hija pequeña y por su hermana Miriam, con Matos -absolutamente destrozado- y el marido de Carla, Jorge Benguría, a escasos centímetros de ellas y recibiendo el pésame y el cariño de familiares y amigos que han querido estar a su lado en este complicado momento. También han querido despedir a su madre los hijos de la empresaria, que han llegado minutos antes que el resto de su familia acompañados por una persona de confianza.

Cari Lapique, madre de la fallecida, llegaba este lunes a Málaga desde Mallorca, donde pasada unos días de descanso
Cari Lapique, madre de la fallecida, llegaba este lunes a Málaga desde Mallorca, donde pasada unos días de descanso

Entre los asistentes, rostros conocidos como Nuria González -íntima amiga de Cari, que no dudó en viajar a Málaga en cuanto se enteró de la fatal noticia-, la diseñadora Elena Benarroch, Inés Domecq, Rosauro Varo con Alfonso de Borbón y Yordi, Eugenia Silva -que en lugar de con su marido llegó con unas amigas-, María Zurita, Marisa de Borbón, José María García con su mujer Montse Fraile y su hijo Luis, Ana Gamazo o Maribel Yébenes.

Antonio Matos, viudo de Caritina
Antonio Matos, viudo de Caritina Juan Carlos Domínguez | EFE

Uno de los momentos más emotivos se ha vivido al terminar la misa en el exterior de la capilla, cuando poco después de llevarse el féretro, familia y amigos han abrazado entre lágrimas a los familiares más cercanos de Caritina Goyanes para trasladarles fuerza y ánimo.

Una pérdida inesperada

Tras la muerte de su padre el pasado 7 de agosto, Caritina disfrutaba con su familia de este final del verano en la casa familiar de Marbella antes de regresar a su trabajo al frente de una empresa de cátering en Madrid. 

Fue precisamente en la piscina de la urbanización donde empezó a sentirse indispuesta, pero no le dio importancia porque llevaba días con malestar e incluso había sufrido algún mareo. Unos desvanecimientos que se achacaron principalmente a las altas temperaturas.

Fue el desmayo en la piscina el que despertó todas las alarmas y fue su hijo Pedro quien acudió a buscar ayuda.

Una vez trasladada al hospital, los sanitarios ya no pudieron hacer nada por salvarle la vida. La empresaria había sufrido un infarto de miocardio fulminante.