Todos los concursantes de «Gran Hermano»: de los cuatro gallegos a la hija de María José Galera
SOCIEDAD
El «reality» más famoso abre sus puertas a una nueva edición de anónimos, después de siete años de hiato, con un triángulo amoroso, flechazos y un clan donde los participantes gallegos suponen casi un cuarto del total
06 sep 2024 . Actualizado a las 18:41 h.El Gran Hermano de anónimos ha abierto sus puertas una vez más tras más de siete años de hiato. Una nueva edición en la que participan 19 concursantes, divididos, en un principio, en dos casas en Guadalix de la Sierra, que lucharán por hacerse con el maletín más famoso de la tele. El reality tiene por objetivo volver a encandilar a la audiencia con una fórmula que había perdido lustre en sus últimas ediciones. Y, de momento, el inicio ha sido prometedor, con más de un millón de espectadores en su estreno —un 17,4 % de share— que tuvieron la oportunidad de conocer, en muy pocas pinceladas, a los concursantes.
Poco hemos conocido de ellos, salvo casos contados, en parte por una gestión atroz de los tiempos de la primera gala, que se extendió desde poco antes de las 11 de la noche hasta las 2 de la mañana sin que cuatro de los concursantes llegasen a entrar en la casa junto a sus compañeros de concurso. El encuentro tuvo que esperar a la conexión posterior del directo 24 horas, ya en las plataformas digitales.
Los concursantes de esta edición, casi todos ciudadanos de a pie, son variados. Y este año el equipo de cásting ha conformado un verdadero clan gallego, con cuatro concursantes de la comunidad: un empresario de Fisterra, un militar coruñés y un matrimonio y dúo musical de Ferrol. Además, Gran Hermano ha decidido volver a sus orígenes, en la figura de Laura, hija de María José Galera, la mítica primera expulsada —y posteriormente muy querida concursante emérita— del primer Gran Hermano que llevó a Jorge Berrocal a exclamar ese «¿Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza?» que ya quedó para la posteridad del reality español.
Y, como ya había pasado en otras ediciones, algunos de los concursantes ya tienen alguna historia previa. Un trío amoroso de novia, novio y una tercera en discordia que había sido exrollete de uno y examiga —íntima o no, según a quién se le pregunte— de la otra; un flechazo surgido durante los cásting; o un matrimonio separado por primera vez en más de 13 años. Una fórmula que, aunque ha lastrado la duración del inicio, promete dar juego para las dinámicas propias de la convivencia.
Repasamos ahora quién es quién de los 19 concursantes del flamante Gran Hermano.
Eduardo Insua, «Edi» (Fisterra, 34 años)
Edi fue uno de los primeros concursantes oficiales en darse a conocer, y concretamente el primero en cruzar las puertas de la casa de Guadalix. El empresario de Fisterra, de 34, regenta en la localidad de A Costa da Morte un negocio familiar de cabañas familiares. Con unos llamativos ojos azules —«ojazos», se paró a recalcar Jorge Javier mientras le informaba por sorpresa de que era concursante—, Eduardo Insua es, sin lugar a dudas, uno de los guapos de la edición.
Graduado en Educación Primaria y padre de un hijo de cuatro años, el fisterrán atraviesa una reciente ruptura amorosa con la madre del niño, con la que llevaba once años de relación. La casa de Guadalix es un nuevo capítulo en su historia, y Edi tiene claros sus objetivos: «Ser yo y que la gente sepa que soy una persona noble, llana, de la casa, que se identifiquen conmigo». Pero sin olvidarse de que hay un maletín al que puede optar. «Soy una persona muy competitiva», aclara, por lo que su misión será «ir hasta el final».
Jorge Pérez (A Coruña, 32 años)
El exmilitar coruñés de 32 años Jorge Pérez ya empieza el reality encandilado por una compañera de concurso, Violeta, a la que conoció durante los cásting y por la que tuvo inmediatamente un flechazo. Pero la chica ha entrado metida de lleno en todo un berenjenal, en medio de un triángulo amoroso del que, según ella, ya ni se acordaba. Pero con eso vamos después. Ahora vamos con Jorge.
El concursante entra en Gran Hermano dejando de lado su carrera militar. Ha formado parte de la unidad de élite del ejército especializada en artefactos explosivos y ahora tiene una empresa para preparar a futuros miembros de las fuerzas armadas. Entre sus hobbies, la pesca y también seducir, porque él es «un pistolero del amor». Y ya está a eso de disparar balas, concretamente las dirigidas a su compañera Violeta, con la que hay evidente complicidad mutua y con quien convivirá de momento en la casa pequeña de Guadalix.
Javier Mouzo y Vanessa Bouza (Ferrol, 41 y 39 años)
Los ponemos juntos porque así ha entrado este matrimonio y dúo musical procedente de Ferrol. Aunque nada más llegar sus caminos se han separado. El presentador de Gran Hermano les comunicó a Javier Mouzo, de 41 años y natural de Muxía, y Vanessa Bouza, de 39, que solo uno iba a poder entrar en la casa de Guadalix. Javier no dudó en ningún momento: ese privilegio le correspondía a ella, que fue la que tuvo la iniciativa de entrar en el reality. Y así fue. Separaron sus caminos tras 13 años haciéndolo todo juntos —«hasta cagar», quiso dejar claro en varias ocasiones el propio Javier—, pero lo que desconoce ella es que él ha pasado a otra casa más pequeña anexa a la principal.
La pareja comparte el mismo camino tanto sentimental como musical. Los dos forman el dúo Carpe Diem, un conjunto musical de Mugardos con el que amenizan cualquier tipo de celebración. Igual te suenan, porque el matrimonio ha participado en todo tipo de verbenas por toda Galicia, pero también se han dejado ver en la televisión autonómica, donde han protagonizado uno de los capítulos de A miña familia pola túa, junto a su hija Claudia, y también en Casamos.
Laura (Sevilla, 20 años)
Laura trae al renacimiento del Gran Hermano de anónimos un trocito del primer GH. Porque esta sevillana de 20 años es la hija de la mítica y ahora muy querida —en su día muy incomprendida— María José Galera, la primera expulsada de la historia del programa de telerrealidad.
A la joven le dieron la sorpresa en pleno plató, mientras Jorge Javier parloteaba con su madre, allí presente y con el mítico «¿Quién me pone la pierna encima?» que Jorge Berrocal berreó tras su expulsión de fondo. Laura estaba entre el público y ya se había visto buena parte de la sorpresas del programa, así que tiene un pacto explícito de no revelar ninguno de los grandes secretos que sus compañeros desconocen.
Violeta Crespo (Tembleque, Toledo, 22 años)
A Violeta, toledana de 22 años, graduada de Administración y Finanzas, profesora de baile y Miss Toledo, la han metido ahí con todas las tramas ya montadas. Y en varios frentes.
Primero, por un triángulo amoroso que ella asegura que se han inventado o exagerado. Por resumir, e intentando aunar las versiones de ella y de su archienemiga: Violeta llegó a vivir a Alcorcón cuando tenía ya 16 años, y empezó a salir con un grupo de colegas en la localidad madrileña entre las que se encontraba Nerea, otra de las concursantes de este Gran Hermano. Según la versión de esta última, ella le confesó a Violeta que le gustaba mucho un chico del pueblo, un joven llamado Luis. «Es muy feo», le decía Violeta, a la que ella consideraba su «mejor amiga», sobre el chaval. Lo que descubrió con el tiempo Nerea es que, mientras le advertía eso, Violeta estaba teniendo un intenso rollete —«triki triki», en palabras de la afectada víctima— de varias semanas con el susodicho, que también ha entrado en la casa. Desde esa, dejaron de hablarse.
Violeta, sin embargo, niega —o ha olvidado al menos— tal dramón. Ni que fueran tan grandes amigas como dice Nerea —«Ostras, me había olvidado de ti», le espetó en la cara nada más verla en la primera encerrona que le hicieron, pero fingiendo alegría— ni que el escarceo con el tal Luis fuera tan intenso ni importante —«Me había olvidado de ti hasta hace unos minutos», le soltó también a Luis nada más verlo, después de superar la emboscada de su novia—.
Gran Hermano hizo su típico paripé y, delante de Nerea, fingió expulsar a Violeta. Pero en realidad, está en la casa pequeña, junto a Luis, sin que su novia sepa nada del asunto.
Pero además, en la casa auxiliar también ha metido Gran Hermano al coruñés Jorge, el militar que mencionábamos antes y que está enchochado con la joven Violeta. Ella, nada más enterarse de que estaba allí, lo vio como su gran salvavidas. Y se abrazó con fuerza a él como si no hubiera un mañana, ante el desconcierto del enamoradísimo militar por esa inesperada sobrerreacción.
Nerea Minguela (Alcorcón, 20 años)
Novia de Luis y archienemiga de Violeta, Nerea Minguela, de 20 años, estudia Derecho, cosa que compagina con clases de inglés a niños. Ella fue la que comenzó todo el lío que acabó con Gran Hermano metiendo al triángulo amoroso en pleno. Coincidió con su examiga íntima —o conocida lejana, según la versión— en los cástings, y ni «hola» se dijeron. Pero ella no tardó en contárselo al equipo de selección, que, como es lógico, vio ahí un filón para arrancar el concurso.
Lo que desconoce, aparentemente, es que su novio Luis, el que le hizo acabar para siempre la relación con Violeta, está en el concurso y conviviendo en un espacio muy reducido con su examiga y ahora gran rival.
Nerea está en la casa grande, junto con el resto de compañeros.
Luis García (Alcorcón)
El tercero en discordia. Luis García, es el «muy feo» que a pesar de ello tuvo un escarceo con Violeta en el pasado, antes de estar con Nerea, su novia actual. Él confirma la versión de su pareja y, aunque afirma no tenerle ningún rencor a su exrollete en absoluto, cree que sí se portó muy mal con su examiga. Y también con el resto de la pandilla y con él mismo. La acusa de criticarlos duramente por detrás.
El joven convivirá en un principio con Violeta en la casa pequeña, sin poder ver qué es lo que hace su novia en la principal.
Maite Benítez, «Mayte» (Ampuero, Cantabria, 35 años)
A Maite Benítez le dieron una gran sorpresa, aunque la viéramos en diferido. Jorge Javier Vázquez se vistió al estilo Tom Cruise en Oficial y Caballero para darle la noticia en la fábrica de anchoas en la que trabaja como fileteadora.
Allí, entre todas sus compañeras, Mayte descubrió que iba a ser una habitante más de la casa de Guadalix. Colgó la ropa de trabajo y se adentró a su nueva vida con look cabaretero, con sus plumas y todo, y ya dejando caer insinuaciones a los guapos del lugar. No pierde tiempo la cántabra.
Se considera leal, cariñosa, muy luchadora y trabajadora, pero ya advierte de que no tiene pelos en la lengua.
Maica Benedicto (Cartagena, 25 años)
Fue la primera concursante confirmada de este Gran Hermano. Y también se la jugaron bien jugada. La directora de cásting le dijo que finalmente no había sido seleccionada, pero que, como compensación, la iban a contratar de azafata para la presentación del programa en el Festival de Televisión de Vitoria.
Fue allí donde Jorge Javier le desveló que era una concursante más. Ella no le había dicho ni a su madre, allí presente, que había participado en los cástings.
Maica Benedicto es modelo y visitadora médica, y le preocupa mucho la higiene. Muy hipocondríaca, ya lo dice ella. Y una de sus mayores preocupaciones es qué pasa si consuma su amor con alguien dentro de la casa. «¿Se le podría hacer un análisis a ese chico?», les preguntó preocupada a los responsables del programa.
Daniela Cano (Colombia, 31 años)
Daniela es de estas que se pone a chapurrear en pretendidamente perfecto inglés cada vez que tiene oportunidad y luego te suelta un «chou» cuando quiere decir show. Ella se fue una temporada a trabajar a Londres a estudiar Contabilidad, y eso tiene que notarse. Allí, en la capital británica, conoció el amor en un empresario, pero no quería quedarse encerrada en casa. Lo suyo son los brillos y el lujo.
Amante del pádel y residente en Barcelona, le encanta visitar a su tarotista, que al parecer no predijo su entrada en el programa.
Adrián Thiam (Madrid, 26 años)
El boxeador fue uno de los sorprendidos de la noche. Aunque tampoco mucho. Se lo tomó con toda la calma del mundo. Estaba junto a otros muchos en una fiesta con DJ Vulcán —quedaos con su nombre— que había a las puertas de Mediaset. El encargado de descubrir su nombre, en una gran pancarta fue, supuestamente, Ion Aramendi al más puro estilo Misión Imposible —luego se desvelaría que era un «doble de acción», cosa que Tom Cruise nunca haría—. La cara del nuevo concursante era inconfundible. Su nombre, pues ya tal. Porque Jorge Javier hizo un spoiler y gritó, erróneamente: «¡Ruvens!».
Desconcierto entre los espectadores, que vieron cómo la tinta del carné de identidad del nuevo concursante iba basculando entre Ruvens, Rubén y Adrián. Y tuvo que ser el boxeador el que zanjase las dudas al presentarse. Adrián Thiam Creus, de 26 años, boxeador, con padre de origen senegalés, madre española y afincado en Madrid.
Ruvens Pérez (Albacete, 29 años)
Gran Hermano se empeñó en anunciar el nombre de este concursante por todo lo alto. Desplegó una corresponsal en Nueva York y pagó uno de los paneles luminosos de Times Square para desvelar un nombre que, desgraciadamente, había filtrado Jorge Javier solo unos minutos antes. Se trataba del susodicho Ruvens.
El albaceteño, que ha estudiado Ingeniería Mecánica y Cinematografía y sueña con ser director de largometrajes, estaba allí, en la fiesta a las puertas de Mediaset. Y a él parece que sí le hizo mucha más ilusión que a su compañero boxeador conocerse como uno de los nuevos concursantes.
Soltero, y reservado a la hora de hablar sobre su sexualidad —le da «mucho palo», confesó—, el chaval corrió ávido a adentrarse en la casa de Guadalix con su llamativa camisa floreada.
Elsa Mateos (Bilbao, 30 años)
La sorpresa a los fiesteros de los exteriores de Mediaset no se acabó con Adrián y Ruvens. Aún quedaban unos cuantos entre ese público festivo por entrar a la casa. En un momento dado, tres de las pulseras luminosas que llevaban puestas se volvieron de color verde. Era solo una preselección. La decisión la iba a tomar uno de los personajes más característicos de los últimos «granhermanos»: Payasín. En él recayó la responsabilidad de elegir a base de tartazo de merengue en toda la cara.
Y la elegida fue Elsa Mateos, una dependienta y camarera de Bilbao de 30 años que encandiló a los responsables del cásting y también a la audiencia por una naturalidad nada fingida cada menos habitual en los reality shows.
Poco se supo de ella durante la gala, porque el programa acabó sin que ella llegase a entrar.
Óscar Landa (San Sebastián, 38 años)
También de Euskadi, aunque de la otra gran ciudad vasca, San Sebastián, llega Óscar Landa. Si la otra derrochaba naturalidad, Óscar pertenece a la raza contraria: a la del rancio abolengo. Eso sí, más bien pasado. Él se define como «un pijo de familia bien y arruinada», y reconoce no tener ni un duro.
Aunque aseguró en su vídeo de presentación que intentaba moderar su imagen sofisticada para no dar la falsa imagen de tener todavía mucha pasta, lo cierto es que entró en la casa de Guadalix de punta en blanco.
Se define como egocéntrico, cabezón, intenso y nervioso y confiesa que, en algunas ocasiones, se vuelve déspota y arrogante.
Juan Quintana (Madrid, 29 años)
También como un pincel apareció en Guadalix Juan Luis Quintana Fonseca, un madrileño residente en Tenerife al que lo que le va es la fiesta y estar solo en la vida. De hecho, así es como suele salir de fiesta y así es como le gusta estar en cuanto a las relaciones amorosas. Pero lo que no le falta es don de gentes. Lleva «el entretenimiento en la sangre». No en vano es bailarín, además de gestor. Y promete dar mucho juego en la casa.
Lucía y Silvia Rolek (Madrid, 25 años)
Son mellizas, quién lo diría. Las hermanas de 25 años, de madre polaca, son como el día y la noche. Una rubia; otra morena, y encima se llevan a matar.
Eso sí, Lucía y Silvia Rolek han entrado con una misión propia: tienen que fingir que no se conocen de nada, y de hecho ya se han apresurado a hacerse en un momento versiones alternativas de sus propias vidas. Una dirá que es hija de polaca; la otra, de madre española. Una tiene sus padres divorciados; los de la otra están juntas. Reto complicado, ya que en el directo ya empezaron a hablar de ellas en plural, por lo que se augura mal futuro para las mellizas.
Eso sí, el programa también se acabó sin que los espectadores pudieran ver la entrada de las hermanas en la casa auxiliar.
Vulcán (Cádiz, 22 años)
Y por último, pero no por ello menos importante, quien también recibió una gran sorpresa era el DJ que pinchaba en la fiesta a las puertas de Mediaset. No se sabe si estaba previsto o es que en Telecinco estaban ya cansados de tanto escuchar la Potra Salvaje. Porque, según explicó el joven, a él lo habían contratado para ese evento y para, supuestamente, amenizar también las galas de los domingos.
Pero nada más lejos de la realidad. A Manu Vulcán, gaditano de 22 años, le dieron el finiquito y lo mandaron directo a la casa de Guadalix, como otro de los concursantes.
El joven empezó a hacer kickboxing a los 7 años y durante toda su infancia sufrió bullying por tener sobrepeso. Una de las etapas más duras de su vida que le hizo hacerse más fuerte. Con 17 años, según destacó él, pasó de pesar 105 kilos a 75, todo un cambio físico y mental.