Portugal reclama 350.000 euros a una profesora de matemáticas acusada de haber falsificado sus titulaciones

Brais Suárez
brais suárez OPORTO/ E. LA VOZ

SOCIEDAD

Imagen de archivo de un aula
Imagen de archivo de un aula

La docente fue expulsada de la enseñanza, pero alumnos y profesores reconocen su excelente desempeño

26 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

 Ni los documentos ni las cuentas encajan. Las sospechas no saltaron cuando, a finales de la década de los años ochenta, la profesora de matemáticas portuguesa Paula Pinto Pereira entregó el certificado de su licenciatura con una fecha de finalización solo cinco meses posterior a la conclusión del bachillerato. Una diferencia temporal inviable.

Solo un año antes, en 1988, y en la primera escuela en que trabajó, Pinto había presentado un certificado de estudios que, según un reciente informe de la Inspección General de Educación, «es falsificado, ya que entonces solo había concluido tres asignaturas y, en el documento, alegaba la conclusión de doce», recoge el diario Público.  

Posteriormente, en 2002, Pinto añadió una certificación de la Universidad de Madeira, conforme había terminado un máster, lo que le supuso un aumento de sueldo y la llevó a participar, como coautora, en la elaboración de varios manuales escolares, tanto para alumnos como para profesores ?dos de ellos, todavía en vigor—. Y su currículum se completa con otro máster en Álgebra, Lógica y Fundamentos.

Ahora, los inspectores alegan que la concesión de la plaza no fue negligente, dada la aparente autenticidad de los documentos, con el debido sello. Sin embargo, piden a Pinto una indemnización de 350.000 euros por haber impartido clases de matemáticas durante más de tres décadas tras falsificar la preparación exigida.

El año pasado, fue expulsada de la enseñanza, en el marco de una investigación de la Fiscalía iniciada tras denuncias anónimas remitidas a la Inspección General de Educación en 2021. Pinto esgrime en su defensa que sí terminó con éxito el bachillerato, una licenciatura y un máster. Según medios locales, la Universidad de Madeira asegura que nunca tuvo una alumna con este nombre y apellidos. Solo se ha conseguido demostrar la autenticidad del curso de profesionalización, por la Universidad Aberta, al que habría accedido de forma irregular por no tener título de bachillerato.

Hasta la fecha, la sospechosa defiende su currículum y plantea dudas sobre los servicios administrativos de la Universidad de Madeira. Su abogado, José Miguel Pinho, arguye que el proceso disciplinario que propició su expulsión de la enseñanza ya prescribió.

No lo ve así el Tribunal Central Administrativo Sur, que ha mantenido la destitución, aunque la exculpa de devolver al ministerio de Educación los 350.000 euros reclamados, una cantidad correspondiente a los suplementos cobrados en virtud de los títulos superiores no demostrados. Ambas partes, tanto la Fiscalía como la acusada, planean recurrir la decisión.

La última vuelta de tuerca procede de los supuestos afectados. Un representante de los padres de los alumnos de Pinto Pereira dijo a Público que «la gran mayoría de los encargados de educación le reconocía un desempeño excelente. Lograba que los buenos alumnos mejoraran sus resultados y que los menos buenos mejoraran también su desempeño». Y aumenta que «teníamos un gran aprecio hacia ella, hacia las capacidades que tenía para enseñar». De hecho, recibieron con indignación la noticia de que no continuaría impartiendo matemáticas en una clase que acabó quedándose tres meses sin profesor. Por ahora, sus libros continuarán a la venta en las librerías.