Pobre Isa Pantoja

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

SOCIEDAD

Isa Pantoja, en una imagen de archivo
Isa Pantoja, en una imagen de archivo

22 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Si en lugar de ser famosa, hubiéramos escuchado en la radio o leído en el periódico el relato anónimo de Isa Pantoja, la estaríamos juzgando como una víctima de maltrato. Una niña adoptada que ha sido rechazada por su familia de adopción. Que nunca ha tenido el mismo cariño que su hermano o su prima y que siempre ha estado en un segundo nivel. Una mujer que ya de adulta ha sido rechazada constantemente por su madre, pese a que ella ha intentado, a veces sin argumentos, cuidar la imagen pública de la cantante. Una chica que ha tenido que confirmar, ante las preguntas de los periodistas, que Isabel Pantoja no fue a verla al hospital después de una operación quirúrgica, que no fue a su boda, que no tiene contacto con sus nietos, y que, en definitiva, no quiere saber nada de ella. Algunos a Isa la considerarán afortunada por haber vivido en el lujo de Cantora, pero poca fortuna es que en los peores y en los mejores momentos de tu vida te falte tu madre. Por eso no se entiende el silencio de la Pantoja, la oscuridad de una artista cuya vida personal es un continuo reguero de víctimas. No se entiende su empeño por ocultarse en los muros de sus fans cuando todo a su alrededor son ausencias, como no se entiende ese folklore arrebatado y caprichoso de vivir solo para salir a escena. A cualquiera que sea un pelín sensible, el relato de abandono de la hija de Isabel Pantoja le da pena.