España es el segundo país de Europa donde más decesos provoca esta anomalía causada por el hombre, dos de cada tres atribuibles al calor
30 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El cambio climático, el calentamiento acelerado de la Tierra causado por la emisión masiva de gases de efecto invernadero, está detrás de decenas de miles de muertes catastróficas, porque multiplica los huracanes, los terremotos, las inundaciones o las sequías. Pero este fenómeno también es el responsable directo de muchos miles más de fallecimientos anuales, los provocados por veranos cada vez más calurosos. Los científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), un centro de investigación impulsado por Fundación La Caixa, han hecho ese cálculo, el de cuántas de las muertes por calor registradas en verano en España y en Europa ocurren solo porque el hombre, con su irresponsabilidad, ha desencadenado en las últimas décadas un cambio climático.
El período que han tomado como referencia es el verano de 2022, el año más caluroso desde que existen registros. Su conclusión es que el calentamiento global es directamente responsable de 7.582 de las muertes por altas temperaturas ocurridas en España entre junio y septiembre de ese ejercicio. En concreto, a esta perversión del clima desencadenada por la contaminación y las agresiones a la naturaleza le atribuyen el 64 % de las 11.797 muertes por calor ocurridas durante ese verano, dos de cada tres. El resto son los decesos que hubiesen sucedido en cualquier otro momento histórico en España en esos meses, por ser una estación con más cantidad de días de temperaturas extremas.
Los datos demuestran que el calentamiento global es directamente responsable de un enorme salto en la mortalidad estival por calor, pero el estudio, realizado en 35 países europeos, también alerta de que España es el segundo país del continente más afectado por esta perversión del clima. No solo es el segundo con más muertes por las altas temperaturas desencadenadas por esta anomalía meteorológica (solo superado por Italia) sino que el calentamiento global explica en España ocho puntos más del total de fallecidos por calor que en la media europea.
El efecto del cambio climático sobre la mortalidad por temperaturas extremas en Europa durante el verano de 2022 se estima en 38.154 fallecidos, lo que supone el 56% de los 68.593 decesos por calor durante el período. Más de la mitad. Como ilustra el caso español, las muertes causadas por el calentamiento global son prácticamente el doble en los territorios del sur del continente que en el resto. Los colectivos más afectados por la letalidad del calentamiento global son las mujeres y los mayores de 80 años
Si existen diferencias de afectación territoriales también las hay entre los colectivos más y menos dañados. Con mucha diferencia, el calor extremo atribuible al calentamiento global ha acortado la vida especialmente de mujeres y de ancianos. El estudio indica que las muertes por calor de mujeres directamente achacables al cambio climático escalan al 60 % (cinco puntos más que entre los hombres) y que los decesos por igual motivo de ciudadanos mayores de 80 años son el 61 %, trece puntos más que entre los menores de 64.
«Este estudio arroja luz sobre la medida en que el calentamiento global afecta a la salud pública. Aunque observamos un aumento de la mortalidad relacionada con el calor en casi todos los países analizados, no todas las personas se ven afectadas por igual, siendo las mujeres y los ancianos especialmente vulnerables a los efectos adversos del aumento de las temperaturas», destaca Thessa Beck, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
El punto de partida de este trabajo fue una investigación previa en la que, utilizando registros de temperatura y mortalidad de 35 países europeos, se estimó la mortalidad relacionada con el calor en el verano de 2022. Después, usando un conjunto de datos de anomalías en la temperatura media global en superficie entre 1880 y 2022, estimaron el aumento de las temperaturas debido al calentamiento global en cada región. Restaron esos aumentos a las temperaturas registradas reales, con lo que obtuvieron una estimación de cuáles habrían sido los registros termométricos en ausencia del cambio climático, y, por último, utilizando el modelo desarrollado en el primer estudio, estimaron la mortalidad para un escenario hipotético en el que se hubieran dado esas temperaturas sin calentamiento global.
«Llamamiento urgente»
Estos expertos, aunque han centrado sus cálculos en 2022, avisan de que las temperaturas en Europa están aumentando el doble de rápido que en la media del planeta y que esta anomalía climática va a multiplicar cada año la mortalidad por calor en el continente. Han podido estimar que entre 2015 y 2021, en la última década, solo al cambio climático se le pueden atribuir en Europa entre el 44 % y el 54 % de las muertes estivales por calor, lo que supone entre 19.000 y 28.000 fallecimientos adicionales anuales a los que ya eran habituales por las temperaturas extremas.
Los científicos entienden que los resultados de esta investigación demuestran la «urgente necesidad de tomar medidas ambiciosas de adaptación y mitigación» para frenar el cambio climático y avisan de que el avance de las temperaturas extremas irá a peor y muy rápido. En 2027 se estima que todo el planeta habrá superado los 1,5 grados de calentamiento global que los Acuerdos de París consideraron como un gran peligro. Por ello, reclaman, recortes más ambiciosos y rápidos de las emisiones de CO2 y multiplicar y completar los actuales medidas y planes de adaptación a temperaturas extremas.
«Nuestro estudio hace un llamamiento urgente a los gobiernos y a las autoridades nacionales del continente europeo para que aumenten la ambición y la eficacia de las medidas de vigilancia y prevención y para que implementen las nuevas estrategias de adaptación y los esfuerzos globales de mitigación. Si no hay acciones, las temperaturas récord y la mortalidad relacionada con el calor seguirán aumentando en los próximos años», afirma Joan Ballester Claramunt, investigador principal del proyecto Early-Adapt del Consejo Europeo de Investigación.