La reforma propone que las agresiones sexuales más leves a menores sean perseguibles hasta que la víctima tenga 50 años
12 nov 2024 . Actualizado a las 16:42 h.El Congreso de los Diputados comenzó a tramitar hoy una reforma legal para que los casos más graves de pederastia no prescriban nunca; para que sus autores puedan ser perseguidos siempre por la justicia, pasen los años que pasen desde su agresión sexual al menor. El objetivo es que el paso del tiempo no haga que les salga gratis el abuso reiterado de uno o más niños o adolescentes o su violación, como hoy sí que ocurre en demasiados casos.
El pleno de la Cámara Baja, con el único rechazo de Vox, aceptó admitir a trámite la proposición de ley presentada por el Parlament de Cataluña que, además de la imprescriptibilidad de las agresiones graves a menores, pretende que incluso los episodios de pederastia de menos gravedad puedan ser perseguidos por los tribunales al menos hasta que la víctimas cumplan los 50 años. Es decir, que los agresores deban responder judicialmente por sus actos durante diez años más que en la actualidad.
Esta iniciativa legislativa autonómica fue aprobada en febrero de forma exprés por la mayoría del Parlament a petición de las víctimas, con el apoyo del PSC, los Comunes, ERC, Junts y Ciudadanos, con la abstención de PP y la CUP y con los únicos ‘noes' de Vox. La impulsó, entre otras organizaciones de víctimas de pederastia, Miguel Hurtado, el primer denunciante de las agresiones a menores ocurridas y ocultadas durante años en la Abadía de Montserrat. La proposición pasará ahora a la comisión de Justicia, para el inicio del período de enmiendas, donde se comprobará si la mayoría favorable a su debate expresada hoy por el pleno termina por convertirse también en una mayoría suficiente para aprobar la reforma y exactamente en qué términos .
No está claro que el Congreso consiga aprobar la imprescriptibilidad de estos delitos ya que para ello se necesita de una mayoría absoluta (porque la reforma del Código Penal requiere de ley orgánica) y tanto el PP como el PNV, imprescindibles para sumar el mínimo de 176 votos, dejaron claro hoy que permiten el debate solo por respeto a las víctimas, pero no aseguran ni mucho menos que vayan a aceptar el texto de la proposición tal y como ha llegado del Parlament.
Más de dos décadas para dar el paso
Esta reforma del Código Penal pretende dar una vuelta de tuerca más al endurecimiento de las disposiciones del capítulo de las agresiones a menores ya acordado en 2021 con la aprobación de la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y a la Adolescencia frente a la Violencia. Ir más allá. Aquella reforma estableció que la prescripción de esta clase de delitos, ocurriesen cuando ocurriesen, nunca empezaría a contar hasta que las víctimas cumpliesen 35 años, por lo que, en la práctica, los pederastas pueden ser sentados hoy en el banquillo en España hasta que sus supervivientes tengan entre 40 y 55 años, según los casos. La razón de esta horquilla es que el plazo de prescripción de estos delitos oscila entre los 5 y los 20 años, según la gravedad de los hechos.
Los argumentos jurídicos que sustentaron la reforma de 2021 y que siguen abonando la propuesta ahora por el Parlament son que más de la mitad de quienes terminan por denunciar una agresión en la infancia tardan al menos dos décadas en dar el paso, lo que provoca en demasiadas ocasiones que los pederastas, pese a la denuncia, se vayan de rositas.
Víctimas traumatizadas
Aunque se calcula que el 22 % de las mujeres y el 15 % de los hombres españoles han sufrido abusos o agresiones sexuales en su infancia o adolescencia, no llegan ni al 15 % quienes acuden a una comisaría o a un juzgado a contarlo y tan solo el 30 % de los casos denunciados terminan con juicio y sentencia, pues en la mayor parte de las ocasiones no hay ni proceso judicial porque para cuando el delito sale a la luz la responsabilidad penal del acusado ya ha prescrito o el autor ha muerto. El hecho de que la mayor parte de los estudios coincidan en que el 80 % o más de las agresiones sexuales se den en la propia familia del menor o en su entorno más cercano (amistades, escuela, deporte, religión) explica que las víctimas tarden tanto en denunciarlas, o nunca lo hagan, por miedo, por temor a que no les crean, por dependencia económica o emocional o, simplemente, porque durante muchos años están traumatizados e incluso en shock.
Once de los veintisiete países que conforman la UE ya tienen incorporada a sus legislaciones nacionales la imprescriptibilidad de las agresiones sexuales a menores al menos para los delitos de mayor entidad.