Los hijos del matrimonio Pelicot se dirigen por primera vez en el juicio a su padre: «Eres el mismísimo diablo»

La Voz

SOCIEDAD

Manon Cruz | REUTERS

Ya han declarado todos los acusados. Solo uno de los 50 admite ser un violador: «En desviaciones sexuales pocos me ganan»

18 nov 2024 . Actualizado a las 20:40 h.

El juicio del caso Pelicot entra en una nueva fase que se alargará hasta la semana del 16 de diciembre, cuando se prevé su recta final. Tras haber escuchado a la víctima, Gisèle; a su exmarido, Dominique —principal acusado de drogar, violar y ofrecer a su mujer inconsciente para que otros hombres se aprovechasen de ella—; y al medio centenar de individuos que participaron en estas agresiones, el tribunal penal de Vaucluse elevará ahora a definitivas, atendiendo a una serie de informes, las penas solicitadas. Este lunes, los tres hijos del matrimonio —Florian, David y Caroline— se turnaron la palabra en la sala en un último alegato.

«Eres el mismísimo diablo», le dijo Florian, de 38 años, a su padre. «No creo que jamás vayas a decir la verdad —le espetó David, de 50, en referencia a las fotografías de su hermana desnuda—. Si aún te queda algo de humanidad, me gustaría que dijeses lo que le hiciste, porque ella sufre todos los días y sufrirá el resto de su vida». Durante su turno, el mayor de los Pelicot se refirió todo el tiempo a su padre como «ese señor». Reconoció que este era el proceso de «toda una familia aniquilada» y admitió lo difícil que era tener que explicar a unos niños —los suyos— que no volverían a ver nunca a su abuelo. «Confiamos en poder borrar de nuestra mente a este hombre en el futuro», manifestó. «Lo que espero de este juicio —añadió— es que las decisiones que se tomen estén a la altura de nuestro sufrimiento, que estos hombres a mis espaldas y este que está aquí en el banquillo sean castigados por los horrores y atrocidades que cometieron contra mi madre».

«Di todo lo que he podido a mis hijos y a mis nietos», respondió, por su parte, el monstruo de Mazan. «Deseo que un día tengáis la prueba de que nada os ocurrió. Le hice fotos [a Caroline] porque estaba sufriendo chantaje», trató de justificarse el hombre. «Y te pido disculpas», le dijo a David. «Jamás», le replicó este.

«Soy la gran olvidada»

Ni Florian ni Caroline pudieron contener las lágrimas durante la sesión. Cuando ella tomó la palabra, insistió en su convencimiento de haber sido también violada. «No es una hipótesis, lo sé —dijo—. Soy la gran olvidada de este juicio». «Mi madre fue violada bajo sumisión química, pero la única diferencia entre ella y yo es la falta de pruebas en lo que me concierne —abundó—. Para mí, es una tragedia absoluta».

Este martes declararán por última vez antes de la sentencia Gisèle y Dominique Pelicot. La intención del presidente del tribunal es empezar el miércoles con las peticiones de penas de la acusación particular, el jueves será el turno de la Fiscalía y la semana que viene el de las defensas. La sentencia se espera el 20 de diciembre.

De los 50 acusados, solo uno admite ser un violador: «En desviación sexual pocos me ganan»

Cincuenta hombres acusados de violar a Gisèle Pelicot han desfilado desde mediados de septiembre por el estrado del juzgado de Aviñón. Solo uno de ellos, Cédric, ha admitido los hechos; el resto se han excusado con todo tipo de argumentos y, aunque algunos acabaron pidiendo perdón, ninguno, excepto el ya citado, se consideró agresor: descartaron intencionalidad en sus actos, pretensión de causar daño, y sostuvieron que creían estar participando en un juego sexual.

«Cuando, al principio de este juicio, escuché lo que se decía de ese hombre [Dominique], era como si hablaran de mí —dijo Cédric, de 50 años, durante su declaración—. En desviaciones sexuales, pocos me ganan (...) Un perverso sabe reconocer a otro perverso».

El máximo de cárcel para estos hombres son 20 años si resultan condenados por violación agravada. Habra 50 sentencias diferentes, además de la principal contra Dominique.