La sentencia del caso de violación masiva organizado por un francés, que drogaba a su mujer para que medio centenar de hombres abusara de ella, está prevista para el 20 de diciembre
El pretexto «de que no puede ser un violador porque es un buen padre de familia, un buen amigo, un buen compañero de trabajo, todo eso tiene que acabar», dijeron
La mujer a la que su marido drogó durante años para que otros abusasen sexualmente de ella volvió a testificar en el juicio. Por primera vez, se dirigió directamente al principal acusado: «¿Cómo pudiste traicionarme así? Dejaste que estos desconocidos entrasen en nuestra habitación»
Tanto los periodistas como las personas que siguen las vistas desde la sala anexa deben apagar sus móviles cada vez que se reproduce una de las grabaciones de los abusos
El juicio avanza con las evaluaciones psicológicas de los violadores: el vecino alcohólico, el pederasta, el que dice que también fue drogado, el que tenía relaciones con chicas que fingían dormir, el adicto al sexo que repitió cinco veces, el enfermero experto en anestesia y el niño bien que odia a las mujeres
El caso ha abierto el debate sobre el consentimiento, tal y como sucedió en España con el juicio a la Manada, y la sumisión química a las víctimas de abusos
El hombre que durante diez años drogó a su mujer para que fuera agredida en estado de inconsciencia por decenas de hombres reconoce los hechos, pide perdón y dice que guardaba los vídeos para tener un registro de los participantes, por el placer de contemplarlos y por «vicio»
El marido, que supuestamente drogó a su mujer para que decenas de hombres la violasen durante diez años, presentó un informe al juez. Este indicaba que padecía infección renal, un cálculo en la vesícula y problemas de próstata