Dos ensayos españoles muestran el mayor avance en veinte años en el tratamiento de cáncer de hígado

redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Josep Maria Llovet, del Clínic-IDIBAPS, a la izquierda, y Bruno Sanger, de la Clínica Universidad de Navarra, dirigieron los ensayos clínicos
Josep Maria Llovet, del Clínic-IDIBAPS, a la izquierda, y Bruno Sanger, de la Clínica Universidad de Navarra, dirigieron los ensayos clínicos

La combinación de varios tratamientos aumenta la expectativa de vida en pacientes que no pueden ser operados

09 ene 2025 . Actualizado a las 17:31 h.

Dos ensayos clínicos independientes coordinados desde España ha mostrado el mayor avance surgido en los últimos veinte años para el tratamiento del carcinoma hepatocelular, el subtipo de cáncer de hígado más frecuente y para el que hasta el momento las alternativas terapéuticas son limitadas. Ambos estudios, uno liderado por la Clínica Universidad de Navarra y otro por el Clínic-IDIBAPS de Barcelona, se han publicado en la revista médica The Lancet.

El carcinoma hepatocelular es el cáncer de hígado primario más frecuente y uno de los tumores más mortales, que suele desarrollarse en personas que han padecido enfermedades hepáticas crónicas como la hepatitis vírica y el hígado graso. El 25 % de los pacientes se diagnostica en estadios intermedios, con un tumor no operable, pero que aún no ha hecho metástasis, y cuyo tratamiento estándar desde hace 20 años es la quimioembolización. Es decir, la oclusión de los vasos sanguíneos del tumor, lo que provoca la necrosis del tejido tumoral.

Esta intervención garantiza una supervivencia media de entre 20 y 30 meses, pero los intentos de mejorar sus beneficios con nuevos tratamientos habían sido infructuosos hasta la publicación de los dos nuevos estudios surgidos en España.

El ensayo LEAP-012 en fase III, liderado por Josep Maria Llovet, del Clínic-IDIBAPS y en el que han participado 137 centros de todo el mundo, muestra que administrar lenvatinib (un bloqueador del crecimiento del cáncer) y pembrolizumab (una inmunoterapia), junto a la quimioembolización, «prolonga significativamente» la supervivencia libre de progresión tumoral del carcinoma hepatocelular en estadios intermedios. En los pacientes que, además de la quimioembolización, recibieron ambos fármacos, la supervivencia libre de progresión fue de 14,6 meses, en comparación con los 10 meses con solo la quimioembolización. La respuesta antitumoral fue del 72 % frente al 50 %, respectivamente.

«Este estudio representa un cambio de paradigma en el manejo de los pacientes con carcinoma hepatocelular en estadios intermedios. Se pasa del tratamiento exclusivamente con quimioembolización a añadir tratamiento sistémico, con un inhibidor multiquinasa e inmunoterapia, lo que mejora el pronóstico de las personas afectadas, ya que reduce en un 34 % el riesgo de progresión de la enfermedad», señala Josep M. Llovet, investigador principal de este ensayo clínico internacional en el que han participado 480 pacientes de 137 centros de todo el mundo divididos en dos grupos.

El ensayo de la Universidad de Navarra, también en fase III y coordinado por Bruno Sangro, demuestra la eficacia de combinar dos medicamentos, durvalumab y bevacizumab, con quimioembolización transarterial para tratar el carcinoma hepatocelular no operable. Ese estudio, con 616 participantes de 157 hospitales de 18 países de cuatro continentes, ha sido impulsado y financiado por la compañía farmacéutica AstraZeneca.  

La mediana de supervivencia libre de progresión -el período de tiempo durante el cual la mitad de las personas con cáncer vive sin que su enfermedad progrese- ha sido de 15 meses en los participantes del primer grupo, frente a los 8 meses de aquellos que no recibieron la medicación y solo se sometieron a la quimioembolización. Además, se constató que el riesgo de progresión o fallecimiento disminuyó un 23 %. El estudio aún continúa para poder analizar en el futuro la supervivencia global de los pacientes.

«Estamos ante un estudio muy relevante, porque se ha tratado una población representativa de la vida real, para la que no había habido ningún progreso en más de 20 años. Los resultados suponen un avance importante en el tratamiento del carcinoma hepatocelular irresecable, porque este tratamiento retrasa el tiempo hasta la progresión de la enfermedad o de la calidad de vida de los pacientes, y es una alternativa terapéutica realista para aquellos que no pueden someterse a la cirugía», destaca el doctor Sangro.