Un italiano mata a su pareja y a su hijastra ante su hijo menor y evita la cadena perpetua porque para el tribunal hay «motivos humanamente comprensibles»
SOCIEDAD
La sentencia, que empatiza con el asesino por «la altísima conflictividad en el seno conyugal», escandaliza a juristas y políticos en Italia
13 ene 2025 . Actualizado a las 18:17 h.En junio del 2022, Salvatore Montefusco mató a tiros a su pareja, Gabriela Trandafir, de 47 años, y a la hija de esta, Renata, de 22, en la localidad de Cavazzona di Castelfranco Emilia (Módena), donde vivían. Cumplirá 30 años de prisión, pero no cadena perpetua, como pedía la Fiscalía, porque un tribunal italiano destacó que existen «motivos humanamente comprensibles» en el doble asesinato. La sentencia, emitida este lunes por el Tribunal Penal de Módena, sostiene que Montefusco, de 70 años y sin antecedentes, «nunca habría perpetrado delitos de tal gravedad si no se hubiera visto impulsado por la dinámica familiar nociva que había surgido con el tiempo», informaron medios locales. La decisión judicial ha causado mucha polémica en todo el país y un enorme rechazo por parte de juristas y miembros de la clase política italiana.
Los jueces reconocen circunstancias agravantes, como la relación matrimonial y que el delito se cometiera delante del hijo menor de ambos, pero descartaron otros elementos como la premeditación y haber actuado con crueldad y motivos abyectos y fútiles, que de ser admitidos habrían supuesto la cadena perpetua.
De acuerdo con la prensa, el matrimonio estaba al borde del divorcio. El tribunal alega que el asesinato debe atribuirse al «estado psicológico de profundo malestar, humillación y enorme frustración que experimentó el imputado por el clima de altísima conflictividad que se creó en el seno de la relación conyugal, y a la posibilidad concreta de que él mismo tuviera que abandonar el hogar familiar». Montefusco tuvo «un apagón emocional y existencial» al saber tendría que «dejar la casa familiar», lo que le llevó «a correr a buscar el arma». Y añade el fallo que fue positivo que el asesino confesara el crimen, tuviera una actitud en el proceso y la situación familiar «que le indujo a cometer el trágico hecho».
«Si se consolidan estas reflexiones, corremos el riesgo no solo de producir un retroceso en la ya antigua lucha para poner fin a los feminicidios, sino también de abrir una brecha en los fundamentos que rigen nuestro ordenamiento jurídico», dijo la ministra de Familia, Eugenia Roccella.
«Es como decir que la esposa víctima, al pedirle a su esposo que se fuera de casa, de alguna manera causara su reacción violenta y los abusos previos no se tienen en cuenta», asegura la senadora progresista Valeria Valente, que integra la comisión sobre feminicidios y para quien el fallo desvela «una disposición de manual del patriarcado» y rebaja la violencia contra las dos mujeres asesinadas a un conflicto familiar.
También la líder en la Cámara de Diputados de Alianza Verdes-Izquierda, Luana Zanella, condenó el fallo: «No entendemos qué hay que comprender en la masacre imparable de mujeres por la violencia masculina, salvo que hay mucho trabajo por hacer para romper los sedimentos de la cultura patriarcal».
Italia ha sido escenario de feminicidios que han agitado la conciencia social sobre la violencia machista en los últimos tiempos y que han provocado manifestaciones a lo largo de toda su geografía. El asesinato de Giulia Cecchettin, estudiante de 22 años, a manos de su expareja, que la mató con más se setenta puñaladas, conmocionó a los italianos. La hermana de la víctima calificó al asesino, Filippo Turetta, de «hijo sano de la sociedad patriarcal que solo busca limitar la libertad de las mujeres» y que «beneficia a todos los hombres». Turetta sí fue condenado a cadena perpetua.