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Dueños de castaños se unen para luchar contra el abandono rural

María Cobas Vázquez
maría cobas OURENSE / LA VOZ

SOMOS AGRO

Uno de los soutos que forma parte de la asociación de Parada de Sil.
Uno de los soutos que forma parte de la asociación de Parada de Sil. CEDIDA

Una asociación aglutina más de 100 hectáreas en varios «soutos» de Parada de Sil

07 nov 2023 . Actualizado a las 10:16 h.

El minifundismo es el gran problema de Galicia. La tierra se dibuja en diminutas parcelas propiedad de pequeños propietarios que tienen terrenos diseminados en el mapa. Eso añade trabajo a las labores del campo, impidiendo muchas veces el uso de maquinaria por lo reducido de las fincas, y obligando a largos desplazamientos entre una y otra. Las concentraciones parcelarias, las aldeas modelo o los polígonos agroforestales son recursos que se han puesto en marcha desde las administraciones para tratar de aunar a los propietarios y dar lugar a la creación de fincas más grandes, lo que las hace más atractivas para que otros distintos a los dueños (o estos mismos) puedan trabajarlas. Pero hay más fórmulas, como la asociación de propietarios, como sucede en Parada de Sil. Un total de 58 dueños de castaños han dado forma a la asociación de propietarios de soutos de Parada de Sil, que preside Mónica Bizarro.

Durante más de tres meses, Bizarro y Pablo Magide, junto a la empresa Calixto Escariz (que contrató la Consellería do Medio Rural para impulsar el proyecto), trabajaron para conseguir la adhesión de más del 70 % de los propietarios. Juntos suman 106 hectáreas, repartidas en cinco zonas: Sougueiros, Castro, Purdeus-O Valado, Entrambosríos y Fondodevila. Inicialmente el proyecto era para tres espacios, pero ante la buena acogida se amplió.

«Pensamos que se poden ir aumentando coa colaboración da veciñanza que coñece perfectamente aos lindeiros», explica Paco Magide, vicepresidente de la asociación (que es también edil de Turismo). No siempre es posible, también se han encontrado con muchos propietarios que están fuera y ni siquiera sabían de sus posesiones; y en otros muchos casos no se conoce quienes son los herederos de los terrenos. «A xente está moi ilusionada. O rural morre se o deixamos morrer, pero podemos facer cousas», señala Bizarro, que destaca que el castaño «é unha árbore agradecida que con pouco esforzo dá un gran rendemento».

La asociación busca la movilización de los soutos para la gestión conjunta de desbroces, vacunas contra el cáncer, podas ligeras o mejora de accesos. «Só se somos capaces de facer estas cousas de maneira conxunta manteremos as masas de castiñeiros consolidadas e a biodiversidade existente na Ribeira Sacra», defiende Bizarro.

Los estatutos se inscribirán en el registro de Masas Frondosas Consolidadas y en el de Agrupacións Forestais de Xestión Conxunta, lo que permitirá, entre otras cosas, pedir subvenciones a la Xunta. Serán ayudas a la agrupación, no a particulares, de ahí la importancia de unirse. La fórmula de la asociación sin ánimo de lucro ayuda a simplificar los trámites. El proyecto tiene una vigencia inicial de diez años, pero no supone ninguna renuncia, ya que el propietario sigue siendo el dueño del terreno y puede hacer con las castañas lo que quiera. Además, no todos tienen que sumarse a todas las iniciativas, es decir, cada socio puede, por ejemplo, acogerse a las vacunas y descartar las tareas de poda porque prefiere hacerlas a su manera.

El primer objetivo es evitar que los castaños mueran. El cáncer avanza y cada vez hay más ejemplares enfermos, pero Bizarro cree que todavía se está a tiempo de revertir la situación. En un futuro se podría incluso pensar en una comercialización conjunta de las castañas, pero esa sería otra fase del proyecto.

La presidenta de la asociación destaca la importancia económica que la castaña tuvo siempre en Parada de Sil. Ahora está lejos de los 100.000 kilos anuales que se recogían en el pasado, pero calcula que ronda los 30.000 o 40.000 kilos. Defiende que el proyecto es también una muestra de respeto por la tradición. «Os soutos daban madeira, era a onde se levaban os animais pastar, había sequeiros, vendíase a castaña...», enumera. Además, asegura que perder los castaños iría en contra de la propia definición de Ribeira Sacra, cuyo paisaje está dibujado de cepas, carballos y soutos.

Expertos debatirán en Lugo sobre la importancia de recuperar este tipo de plantaciones

La Real Academia Galega de Ciencias y la Diputación de Lugo, en colaboración con el campus Terra de la Universidade de Santiago, organizan las jornadas Luis Asorey, centradas este año en los soutos de castaños como ecosistemas multifuncionales. Serán del 13 al 22.

«O castiñeiro é unha árbore con grande importancia económica, ecolóxica, paisaxística, xenética e cultural na nosa comunidade autónoma», remarca Antonio Rigueiro, catedrático emérito y coordinador de las jornadas. Y añade: «O programa estratéxico da Xunta seguramente animará a moitos propietarios forestais a recuperar os seus soutos vellos e a crear novos soutos, por iso as conferencias das xornadas incidirán nalgúns aspectos clave relacionados con este cultivo como a plantación de castiñeiros para producir froito ou madeira, os tratamentos culturais e silvícolas axeitados en cada caso, os soutos como sistemas agroforestais e as distintas producións asociadas aos mesmos, a sanidade, a conservación dos recursos xenéticos do castiñeiro, as variedades apropiadas para a creación de novos soutos ou a comercialización da castaña, entre outros». Además del propio Rigueiro, intervendrán Fina Lombardero, profesora de Escola Politécnica Superior de Enxeñaría de Lugo; el catedrático Roque Rodríguez; el profesor Juan Luis Fernández; Beatriz Míguez, do Centro de Investigación Forestal de Lourizán; Jesús Quintá, gerente de Alibós (una de las principales empresas transformadoras de castaña de Europa) y presidente de la Indicación Xeográfica Protexida; y José Luis Chan, director xeral de Planificación e Ordenación Forestal de la Xunta.