La denominación más antigua de Galicia está en el punto de mira de grandes grupos vitivinícolas. Matarromera ha sido uno de los últimos en llegar para lanzar la primera cosecha del blanco Casar de Vide, que tiene cautivado al líder del grupo, Carlos Moro
26 feb 2020 . Actualizado a las 09:22 h.Carlos Moro, el alma de la bodega de Ribera del Duero Matarromera, cierra el círculo con su llegada a O Ribeiro. A Ourense le une una vinculación especial, ya que recuerda con mucho cariño su etapa de funcionario en prácticas en el Gobierno Civil. Ahora regresa con Casar de Vide, un blanco que apunta a referencia en mercados selectos y que supone su segunda apuesta en la denominación más antigua de Galicia. Hace tres años lanzó Finca San Cibrao, uno de los vinos que forman parte de la selección personal de uno de los viticultores de referencia en España.
-¿Cómo definiría esta primera cosecha en O Ribeiro?
-Ha habido una cosecha muy buena, en todas las zonas de España y aquí también. Son unos vinos muy bien terminados y con muy buen punto de maduración. Las catas que venimos haciendo de Casar de Vide son muy prometedoras. Es rico, es sabroso y tenemos una gran expectativa de que guste a la gente, que es nuestro principal leitmotiv.
-¿Le ha sorprendido algo sobre el terreno de la DO?
-Primero, la riqueza que tienen esas uvas. Me ha sorprendido ese potencial de calidad y la expectativa que se ha generado con nosotros y con otros bodegueros de muy alto nivel que han venido al Ribeiro y que nos ponen el reto más complicado.
-¿El futuro pasa por la llegada de los buques insignias del sector a otras denominaciones de origen?
-Nosotros tenemos pasión por la viña y nos reta y nos apasiona elaborar y transformar viñas y uvas de otras regiones. Ahí están enólogos fantásticos que se enmarcan dentro de esta tendencia. Nosotros no queremos estar en todos los lados por estar, sino estar donde creemos que podemos sacar unos productos de máximo nivel.
-¿Por qué Ribeiro?
-Hay un convencimiento, de que la treixadura va a posicionarse en breve a la cabeza de las zonas de blanco de Galicia. Lo digo convencido, porque mi experiencia de catas es que los nuevos vinos de Ribeiro están enamorando a la gente. Son distintos y espectaculares y sin esa acidez que tenían antes. Tienen un gran sabor. Sencillamente, gustan. Estoy hablando de los de gran calidad y de élite, no me vale cualquier cuestión porque hay mucha diferencia entre unos y otros, como sucede en muchas zonas.
-¿Tiene más planes en Galicia?
-Nosotros estamos abiertos a hacer cosas y a seguir creciendo. A nosotros nos gusta y nos va la marcha. Hay mucha gente que nos valora como enólogos y bodegueros, no solo a mi sino a todo mi equipo, nos ofrece proyectos. Tenemos siempre 5 o 6 en mente, pero hay que ir paso a paso y consolidar los anteriores, pero no descartamos nuevos proyectos cuando estén maduros los anteriores.
-¿Qué tal la experiencia en Rioja?
-La acogida a Carlos Moro y a nuestro proyecto ha sido excepcional. Desde el punto de vista profesional, un afecto y un cariño extraordinario. Nosotros a los sitios no vamos a dar, vamos a empujar. Hay cualidades del grupo Matarromera que son imbatibles, somos líderes mundiales en investigación. Somos impulsores del turismo y de las rutas de Ribera de Duero, de Toro... Somos líderes en sostenibilidad. Los vinos que se han sacado son de excelencia. En Ribeiro venimos a dar y a aportar. No venimos solo a sacar un Ribeiro, sino que venimos a hacer uno de los mejores blancos. Esa es la idea, ser uno más que apoye a hacer más grande la denominación.
-¿Cómo vive toda la polémica de los aranceles en Estados Unidos?
-A nuestro grupo es a uno de los que más nos influye porque somos de los que más exportamos a Estados Unidos. Nos afecta y puede incrementarse todavía. Es una arbitrariedad por parte del señor Trump. Es un castigo injustificado para este sector, en un momento en el que España está haciendo un gran esfuerzo para darse a conocer en Estados Unidos.