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¿Prohibirá el nuevo reglamento de la UE el uso de todos los fitosanitarios?

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

MONICA IRAGO

Cada Estado podrá decidir cuánto reduce el empleo de estos productos

03 ago 2022 . Actualizado a las 13:43 h.

Reducir el uso de productos fitosanitarios es uno de los objetivos que marca la estrategia De la granja a la mesa, que propone disminuir el empleo de estos productos en un 50 % antes del 2030. Pero ahora, la Comisión Europea ha sacado un nuevo reglamento que será el que detalle cómo se llevará a cabo esa reducción. Este documento preocupa en el ministerio de Agricultura, y su titular, Luis Planas, ya avisó de que confía en que deberá tener en cuenta los diferentes modelos productivos que existen en España. En Galicia, Unións Agrias comparte esa preocupación de que la normativa suponga el fin de productos que, por ahora, son la única alternativa para controlar determinadas plagas.

¿Qué dice realmente el reglamento propuesto por la Comisión? Pues la primera novedad de este documento es que, aunque se introducen objetivos vinculantes para todos los estados en la reducción del uso de fitosanitarios, será cada país el que decida sus propios objetivos, eso sí, dentro de unos parámetros claramente definidos. También, que se debe priorizar el uso de cualquier método alternativo para controlar las plagas y que los productos químicos deben ser el último recurso. Además, establece la prohibición de usar pesticidas en todas las áreas sensibles, como jardines o zonas de protección ecológica. Pero esta misma normativa también quiere dejar claro que los productores contarán con el respaldo de la PAC durante los próximos cinco años para cumplir con los objetivos.

Según la Comisión, es necesario detener la pérdida de biodiversidad en Europa y los informes muestran que, en los últimos años, no hubo el suficiente progreso «en reducir el riesgo y el impacto del uso de los pesticidas en la salud humana y en el entorno». Tampoco se promocionó adecuadamente el uso del control de plagas integradas. De hecho, en algunas zonas agrícolas el uso de pesticidas está contribuyendo a eliminar a los polinizadores, necesarios para alimentar a una cada vez más grande población mundial.

Pero, aún así, la Comisión tiene claro que los pesticidas son necesarios, aunque considera que deben ser utilizados solo como último recurso. Por eso recuerda que esta nueva normativa reducirá el uso de fitosanitarios, pero continuará asegurando que estos estarán disponibles donde otras herramientas de control hayan fallado.

Por otro lado, Europa tiene claro que esta política no pondrá en peligro la seguridad alimentaria. «Hay muchos ejemplos de que los productores pueden reducir los pesticidas y ahorrar dinero sin poner en peligro ni la calidad ni el rendimiento de su cosecha», asegura. E insiste en que está demostrado que técnicas como la agricultura de precisión pueden reducir entre un 10 y un 20 % el uso de estos productos sin afectar a la cosecha. Los cambios que introducirá la nueva normativa, insiste la Comisión, serán graduales y durante cinco años los Estados podrán usar la PAC para cubrir los costes que estos originen al sector.

Flexibilidad en los objetivos

Europa quiere dejar claro que los Estados tendrán flexibilidad para adaptarse a estos objetivos, teniendo en así en cuenta la situación de cada país. Aún así, advierte de que en ningún caso el objetivo nacional debe implicar una reducción en el uso de estos productos que sea inferior al 35 %. Para calcular esta cifra, se utilizará una fórmula matemática que tendrá en cuenta datos como las ventas de productos de protección de plantas, que los Estados deberán remitir a la Comisión. La base para ese cálculo será el promedio de estas ventas en los años 2015, 2016 y 2017. Todas las sustancias comercializadas como fitosanitarios se repartirán en cuatro grupos en función de su peligrosidad y se otorgará una ponderación más alta a los más peligrosos.

Uno de los mayores temores es que estas nuevas prácticas incrementen el precio de los alimentos. Pero Europa sostiene que los Estados dispondrán de la PAC para compensar a los agricultores por los costes adicionales y prevenir así ese aumento en los alimentos. Habrá ayudas para nueva maquinaria y también servicios de asesoramiento para los productores en el uso sostenible de pesticidas y otras alternativas. De hecho, los países tendrán que explicar en su plan estratégico de la PAC cómo usarán estos fondos para ayudar a los agricultores en esta transición. Con estas medidas, la Comisión considera que la transición hacia una agricultura y ganadería más verdes no se dejará sentir en el precio de los alimentos.