El bodeguero inauguró sus nuevas instalaciones, ubicadas en San Vicente de la Sonsierra, que cuentan también con 20 hectáreas de viñedo
17 sep 2022 . Actualizado a las 10:28 h.Hace ya cinco años que Carlos Moro desembarcó en la denominación de origen de La Rioja. Desde entonces, y con una pandemia de por medio, este bodeguero ha estado trabajando para poner en marcha su nuevo proyecto en San Vicente de la Sonsierra, uno de los más personales en los que se ha embarcado el también propietario del grupo Matarromera. Bodegas Carlos Moro, que así se llama esta nueva apuesta, está ya en pleno funcionamiento y ayer fue inaugurada, en plena temporada de vendimia, con un acto por todo lo alto al que no faltaron numerosas autoridades, entre ellas, la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu.
Años lleva Moro buscando un proyecto que se adapte a sus exigencias para desembarcar en una de las denominaciones de origen más antiguas de España. Y años también ha tardado en poner a punto unas instalaciones que aúnan tradición y vanguardia en un entorno natural y paisajístico único. Al mismo tiempo, se embarcó en la adquisición de viñedo propio, hasta lograr reunir 20 hectáreas en el entorno de San Vicente y en el municipio de Labastida, en Álava. Su finca más especial es Garujele, reconocida como uno de los primeros viñedos singulares de la denominación de origen Rioja. Una certificación que acredita la calidad y la singularidad de las uvas que allí se elaboran.
El proyecto de obras incluyó la recuperación de un edificio centenario y de un calado subterráneo de 1.200 metros cuadrados. La especial configuración del edificio, que abarca un total de cinco estratos de viñedo, permite además que toda la producción se lleve a cabo por gravedad. La reforma se ha hecho pensando también en el enoturismo, con una amplia oferta que se adapta a las necesidades de quienes quieran vivir de cerca las experiencias de La Rioja. Las visitas, previamente concertadas, incluyen un recorrido por el impresionante calado de más de 1.200 metros cuadrados y las distintas plantas a través de un elevador panorámico desde el que se puede contemplar el proceso de elaboración de los vinos.
«Tras las inversiones llegó la pandemia y no habíamos tenido oportunidad de inaugurar este proyecto personal, fruto del deseo de elaborar con tempranillo de esta tierra, y resultado de la constante búsqueda por la excelencia», asegura el bodeguero. Por su parte, Andreu destacó que «nuestro objetivo prioritario es convertir la región en referente absoluto de todo lo que tenga que ver con el vino. Y, con ese telón de fondo, la inauguración oficial de esta bodega supone un gran argumento de cara a la consolidación del sector».
El proyecto incluye una fuerte apuesta por la sostenibilidad, con la incorporación de energías renovables y caldera propia de biomasa. Todo ello le ha merecido la certificación de tres normas de gestión ambiental que acreditan el máximo respeto por la naturaleza. Al mismo tiempo, en los viñedos se aplican técnicas ancestrales, como la tracción animal, lo que implica un mayor respeto por los suelos.
Para celebrar el quinto aniversario de su llegada a Rioja y la inauguración de la bodega, Moro ha reunido algunos de sus mejores vinos en una edición especial. Se trata de tres del Carlos Moro, el Carlos Moro Prestigio y el Carlos Moro Finca Garujele que, en esta nueva edición, presumen del apellido Matarromera.