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La sequía en España: el 60 % del campo afectado y pérdidas en más de 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Cedido

La falta de agua se deja sentir con especial intensidad en las cosechas de trigo y cebada, pero afecta también a los cultivos leñosos, como el viñedo y el olivo, a la ganadería y a la apicultura

10 may 2023 . Actualizado a las 16:27 h.

«La sequía esta asfixiando a gran parte del territorio nacional y hay zonas de producción que están totalmente perdidas». Así de duro es Javier Fatás, responsable de Agua y Medio Ambiente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que acaba de elaborar un detallado informe sobre cómo se está dejando sentir la escasez de agua en las diferentes comunidades. Las conclusiones son aterradoras, al menos el 60 % del campo español está muy afectado por la falta de precipitaciones y hay pérdidas irreversibles en más de 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano. El problema es que la situación va empeorando a medida que pasa el tiempo y la sequía se está dejando sentir también en los cultivos leñosos, como el viñedo y el olivo, en la ganadería en extensivo, que se queda sin pastos, y hasta en la apicultura.

Según COAG, a estas alturas del año, los agricultores de Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha y Murcia, así como los de las zonas más áridas de Aragón, Cataluña y Castilla León, dan prácticamente por perdidas las cosechas de trigo y cebada. «La situación es bastante crítica. Llevamos tres años con fuertes restricciones de agua que no nos dejan llevar a cabo los cultivos de verano y en los de invierno tenemos una gran merma», cuenta Sebastián González, un agricultor sevillano. 

Pero ya no son solo los cereales los únicos afectados, la falta de agua se está dejando sentir en viñedos, olivares y frutos secos, donde hay problemas con la brotación. Además, los agricultores temen las restricciones que pueda haber en la dotación de agua y desde COAG auguran que eso mermará las siembras de verano, pues se reducirá la superficie de maíz, girasol, arroz y algodón. Si no llueve tendrán también problemas los ganaderos, que se quedarán sin pasto para alimentar a sus animales. Y hasta los apicultores, pues la falta de vegetación y floración en los montes impedirá que sus abejas puedan alimentarse. 

Andalucía es, sin duda, una de las comunidades que peor lo está pasando. De hecho, varias comarcas de Cádiz y Jaén se encuentran en situación de sequía excepcional o extraordinaria y cuencas como la del Guadalquivir se encuentra al 25 % de su capacidad total. Por eso en COAG señalan que todos los cultivos están afectados, en parte, por el déficit de agua que arrastran de la campaña anterior. Así, se prevé que dejen de plantarse el tomate de industria y zanahorias, brócolis y coliflores, además del algodón. A ello hay que sumarle que el cereal se da totalmente por perdido, que el girasol tendrá una producción muy limitada y que las leguminosas se encuentran en situación crítica. 

«La cebada nació muy bien, pero el tiempo ha sido seco y tendremos menos producción.  Además, esta espigando antes de tiempo y eso dará unas espigas de mala calidad», asegura Marcos Garcés, agricultor cerealista de Teruel, que confía en que llueva en las próximas semanas para poder salvar parte de su cosecha. Porque en Aragón, por ahora, la situación por ahora es preocupante, pero no alarmante, porque podría revertirse si llueve en los próximos días.

Cataluña es otra de las comunidades donde hay problemas, pues las comunidades de regantes ya están estableciendo limitaciones y los agricultores se temen de que la dotación por cultivo sea insuficiente para poder obtener los rendimientos normales. Lo mismo sucede en Castilla La Mancha, donde el 100 % de cultivos y zonas se encuentran en situación de sequía. Y en Madrid se cree que si no llueve en breve, se van a perder todas las cosechas de cereales de invierno. «Probablemente este año no coseche nada ni de trigo, ni de cebada», asegura David Revuelta, un agricultor madrileño

«En los últimos seis años, tres han sido de sequía. Sacar adelante así una explotación es inviable», asegura Lorenzo Ribera, de Castilla y León. Según el informe de COAG, en esta comunidad está en peligro el cereal ya plantado y el que se va a sembrar y, en algunas zonas, ya han comenzado a regarlo. Más preocupante todavía es la situación de la Comunidad Valenciana, donde los cultivos de regadío tienen problemas por el alto coste que tiene el agua y los acuíferos empiezan a estar comprometidos por la alta salinidad que presentan.

Hasta en las comunidades del norte, como Navarra y La Rioja, están teniendo problemas con el agua. En la primera de ellas, los embalses están al 60 %, cuando a estas alturas deberían estar al 85 %. Y en la segunda han tenido que empezar a regar el cereal, algo que no hacían. «Estamos regando el cereal, que es un cultivo de secano, y lo hacemos para intentar recuperar algo y no perder tanto, no para ganar dinero», añade Gonzalo Riaño, un agricultor de esta zona. 

En Murcia la situación es extremadamente grave y el cereal se encuentra perdido, mientras que en los cultivos leñosos los agricultores temen ya por la supervivencia de los árboles. No se salva ni la ganadería extensiva, que algunos han decidido abandonar poniendo a la venta sus explotaciones. «La situación de los cultivos de secano es dramática, el cereal ya se ha perdido y la ganadería extensiva está abocada a su desaparición», asegura José Miguel Marín, un agricultor de esta zona. Por último, en Extremadura se ha perdido ya el 90 % del cereal, mientras que en la dehesa de Badajoz apenas hay pasto para alimentar al ganado.

Ante esta situación, el Ministerio de Agricultura convocó para el próximo miércoles, día 19, una reunión de la Mesa de la Sequía. Esta era una demanda que habían planteado tanto las organizaciones agrarias como las comunidades autónomas. La idea es que en esta reunión se evalúe la incidencia que la falta de agua está teniendo en el sector agrario, además de hacer un seguimiento técnico a un fenómeno que dura ya desde el año pasado.