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¿Cómo afecta la agricultura al suelo?

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

La Misión Biológica de Galicia participa en un proyecto que quiere evaluar la vulnerabilidad al campo climático y el impacto que las técnicas agrícolas tienen en la tierra

14 sep 2023 . Actualizado a las 09:41 h.

En la Misión Biológica de Galicia, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se han propuesto conocer la vulnerabilidad del suelo al cambio climático y el impacto que las diferentes prácticas agrícolas tienen en su adaptación climática. Por eso participan, junto con el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria de Madrid y el centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura en el proyecto Minotaur, financiado por la Unión Europea. Su principal objetivo es el de mejorar la calidad del suelo y la gestión agrícola a través de enfoques innovadores y prácticas sostenibles. 

«El suelo es la base de la vida en el planeta, ya que es en gran parte responsable de servicios como la provisión de alimentos mediante la agricultura y la regulación del clima global», explican desde el grupo Interacciones Microbiota-Suelo-Planta de la Misión Biológica. En los últimos años, una gran cantidad de proyectos de investigación «reflejan la importancia que este recurso natural, no renovable, tiene para la Unión Europea y el devenir de las futuras generaciones», añaden. Un claro ejemplo es este proyecto de investigación, en el que participan 16 instituciones de investigación europeas. 

La investigación comenzó en el 2021 con el objetivo de modelar la biodiversidad y las funciones del suelo para evaluar su vulnerabilidad al cambio climático y el impacto de diferentes prácticas agrícolas en la adaptación climática en la UE. Desde entonces y hasta el 2024, los investigadores han ido obteniendo datos de campo y de experimentos de laboratorio que muestran cómo responde la diversidad taxonómica y funcional del suelo y sus funciones ecosistémicas ante distintas prácticas  agrarias en condiciones de cambio climático. Posteriormente, estos datos se emplearán para calibrar y validar modelos y mapas de biodiversidad en Europa, los cuales pueden ayudar a la toma de decisiones sobre los mejores usos del suelo en diferentes zonas.

Hasta ahora, añaden en el CSIC, se ha trabajado en una red de experimentos europeos a largo plazo, ocho en total, que conforman un gradiente con diferentes condiciones climáticas y tipos de suelos, así como diferentes prácticas agrarias que incluyen  distintos tipo de fertilizaciones y arados del suelo. Estos ensayos agrícolas abarcan un rango latitudinal que cubre de España a Suecia e incluye la Finca Experimental de la Canaleja, uno de los ensayos agrícolas a largo plazo más antiguos de la región mediterránea. En cada ensayo se tomaron muestras del suelo sometido a distintos tratamientos experimentales de fertilización y roturación.

En estos suelos, el consorcio del proyecto Minotaur colaboró en determinar la abundancia y clasificación funcional y taxonómica de una amplia lista de indicadores biológicos tales como los hongos y bacterias, los nematodos, los microartropodos y las lombrices. En esas mismas muestras se determinaron también parámetros físicos, químicos y biológicos que se asocian con funciones ecosistémicas características de los suelos, como el secuestro de carbono y el ciclado de nutrientes, la regulación hídrica y el potencial antifitopatógeno. 

En la etapa final de este proyecto, se evaluará cuál es el impacto de gestión agrícola en estos indicadores biológicos y funciones ecosistémicas en función de las condiciones edafoclimáticas. Tres de estos ensayos fueron, además, seleccionados para realizar otro más, en cuya coordinación colabora la Misión Biológica de Galicia, que permitirá conocer cómo las prácticas de gestión agrícola alteran la resiliencia de la diversidad y funcionalidad del suelo ante la sequía y el incremento de la aridez asociado con los escenarios de cambio climático.

Estos resultados se presentarán ante el consorcio de Minotaur en la próxima reunión del proyecto, que se celebrará en Rennes en octubre.