La exministra francesa de Ecología Ségolène Royal desata la ira de los agricultores al decir que los tomates bio españoles «son falsos e incomibles»
AGRICULTURA
Algunas organizaciones de productores no descartan acciones legales contra las declaraciones realizadas por la que fue candidata al Gobierno francés por el Partido Socialista y Teresa Ribera las califica como «impropias» de alguien que ha ostentado un cargo público
01 feb 2024 . Actualizado a las 17:14 h.Los agricultores españoles, sobre todo los que producen en ecológico, están enfadados. La que ha desatado su ira es la exministra francesa de Ecología, Ségolène Royal, después de que ayer saliera en defensa de los productos agrícolas franceses criticando los productos bio españoles durante una entrevista en la cadena BMF. Tras defender la agricultura familiar francesa, explicó que en las tiendas francesas «no encontramos tomates franceses o frutas y verduras frescas. Es escandaloso». Además pregunta al público: «¿Han probado los tomates bio españoles? Son incomibles. (...) Los bio son falsos y no respetan las normas francesas. No deberían de estar en las estanterías».
Desde algunas asociaciones de productores como Ecovalia, la asociación profesional española de la producción ecológica no descartan acciones legales ante la Fiscalía General del Estado y la Comisión Europea tras estas declaraciones. También desde el PP emitieron ayer un comunicado, recogido por Efe, donde condenan las palabras de la exministra socialista de Francia al tiempo que critican «el silencio cómplice» del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Desde el Ejecutivo español, tanto el Ministerio de Agricultura como la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, han replicado a la exministra. Desde el departamento que dirige Luis Planas son claros: «España es uno de los principales productores ecológicos de Europa, con unos alimentos reconocidos en los mercados internacionales por su calidad. Somos un país referencia». Pero además han dicho que los «productos ecológicos españoles cumplen, al igual que los del resto de países comunitarios, con la normativa euroepa que es de aplicación directa en todos los Estados miembros de la UE y, por tanto, los requisitos de producción y de control de este tipo de normativas son iguales en todos los Estados miembros». Poco antes, Teresa Ribera, en un foro organizado por la cadena Ser avanzó que las declaraciones de la exministra son «son impropias» de personas que «están o han estado al frente de las instituciones, o han tenido responsabilidades de gobierno» en el país vecino. En esa línea, Teresa Ribera ha defendido la «voluntad de diálogo permanente» del ministro Planas, del que ha destacado que va a recibir «inmediatamente» a dichas organizaciones agrarias para escucharlas «de primera mano», y ha subrayado también lo que el Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho «en todos estos años» en relación a dicho colectivo. Pero no olvidó agradecer también al campo sus esfuerzos para contribuir a garantizar la soberanía alimentaria. El Ejecutivo se desmarcó totalmente de las declaraciones de la exministra, alegando que es una persona que no tiene responsabilidad política alguna y que, por tanto, no representa la opinión del Ejecutivo. En este sentido, fuentes diplomáticas galas consultadas por Europa Press han afirmado que las declaraciones que pueda pronunciar Royal no son «vinculantes» para el Gobierno, si bien respetan su «libertad de expresión».
Más allá de eso lo que ha sorprendido a muchos en el sector es por qué ha realizado ese comentario cuando supuestamente debe conocer bien cómo trabaja el sector agrícola de la UE, sobre todo el dedicado a la producción ecológica. Nacida en Dakar (Senegal), la política socialista que fue esposa del primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, fue candidata del Partido Socialista a las elecciones presidenciales de Francia del 2007, que acabó perdiendo en segunda vuelta contra el candidato de la derecha Nicolás Sarkozy.
Durante la campaña había presentado varias propuestas pensadas, como dijo entonces, «para desbloquear Europa y sacar a Francia de su aislamiento». Entre ellas hablaba de dar un giro a la política agraria común (PAC) para favorecer a la agricultura respetuosa con el medio ambiente o retirar las subvenciones comunitarias a las empresas que deslocalizaran su producción o actividades.